Marc Márquez y un 2025 donde logró volver a reinar en MotoGP, sus proezas en un año de ensueño

Marc Márquez pone punto y final a un 2025 donde se ha reencontrado con su mejor versión
En Ducati no tienen prisa de renovar a Marc Márquez aún sabiendo que tendrá opciones en el mercado de MotoGP
Marc Márquez tenía un objetivo muy claro cuando, en mitad del 2024, firmó con el equipo oficial con Ducati: volver a lo más alto de MotoGP. Su calvario en temporadas pasadas le había lastrado por completo; su era en Honda finalizó de la manera más dura posible. Las lesiones ya se estaban terminando y Márquez, lo único que quería, era volver a ser feliz encima de una moto. Esa felicidad la empezó a sentir en el Gresini Racing; y en este 2025, en Ducati. El piloto catalán ha cerrado un año memorable en todos los aspectos posibles. En el ámbito deportivo ha vuelto a dominar la categoría como hizo en antaño; en el personal, también toca destacar que su relación con Gemma Pinto va viento en popa. En general, el 2025 de Márquez entrar en los mejores de su carrera deportiva y de un deportista español.
Para Márquez este 2025 es como una consagración de que, en su momento, tomó la mejor decisión posible. El catalán terminó muy quemado con Honda y con MotoGP en general. No lograba dejar atrás lesiones complicadas y era incapaz de dar con una tecla suficientemente esperanzadora para seguir. Por suerte, la consiguió 'gracias' a su hermano Álex. Tras tantear la opción de una prematura retirada, el ir al Gresini Racing con Álex fue una elección muy sabia. El dar un paso atrás en 2024 para dar dos hacia delante en 2025. Esa era, sobre el papel, la hoja de ruta que estaba marcada. Una cosa era tenerla bien clara en la cabeza; otra bien clara, llevarla a cabo.

Un Marc Márquez más maduro y listo
El 2025 de Marc Márquez ha sido soberbio. A nivel deportivo ha demostrado que sigue siendo uno de los mejores pilotos de la historia del motociclismo. Su dominio en la categoría reina (once victorias de Gran Premio y catorce 'sprint') quedó corroborado al alzar el título en Japón, con hasta cinco carreras de margen. El hecho de verle de nuevo lograr lo que para él ya era algo común, dejó claro que en la vida todo llega con esfuerzo. Y no estamos diciendo que antes no se esforzara para ganar ocho títulos, pero claramente el noveno (como él mismo dice) es más que un número: es un símbolo de fortaleza.
Su año en Ducati roza la excelencia y solo queda ¿cuestionada? por su lesión en Indonesia. Ahí, Márquez tiró de una faceta pocas veces vista en él. Supo priorizarse a él, sabiendo que con el título bajo el brazo era una tontería arriesgar. Sacó su madurez adquirida en los últimos años para ser consciente que su objetivo no era otro que el de no hacerse más daño aún. Optó por empezar su particular pretemporada para el 2026 'sacrificando' el tramo final del 2025. Su celebración en Misano a lo Leo Messi, sus llantos recordando a su abuelo en Cervera, la rivalidad histórica que ha protagonizado con su hermano Álex o las mil vueltas que habrá liderado este curso. Todo eso hace que 2025 tenga ya un hueco muy especial en el recuerdo de Marc.