El Athletic o la educación del estoico

Cada vez sufro menos con el Athletic, me he acostumbrado ya
Turrón del duro para el Athletic a la hora de irse al parón navideño
No sé si es desapego o un mecanismo de autodefensa. Sucede, me refiero a mí, que, de un tiempo a esta parte, desde el inicio de LaLiga hasta esta última derrota en San Mamés frente al RCD Espanyol, asumo los traspiés de mi Athletic Club con un estoicismo similar al de Fernando Pessoa. Mi yo más profundo, esa estancia que el Athletic habita, maquina a mí favor. Me ayuda a vivir sin hundimiento, pena ni tristeza cada vez que el equipo se deja los tres puntos en el empeño. "Vive", me dice, "porque debes ser más fuerte que todo dolor y todo sufrimiento".
Es entonces que Piru Gainza entra en escena con su copa de champán para celebrar, una temporada más, que el Athletic sigue militando en la máxima categoría. Porque, nos hace ver, logro tal "ez da gaur erdiko ahuntzaren eztula gero". Nada de "moco de pavo". Con tal de no jugarnos la permanencia en el último partido me siento satisfecho. Malacostumbrados este curso por la participación en Champions League, hay quienes quieren alcanzar el planeta del Principito para vivir con él, y dormir soñando a su lado... que ganamos la Liga, la Champions, la Copa. Que la Gabarra remonta la ría cada año.

No valoramos el pase a octavos porque el 'pseudo 'Ourense CF' (es la UD Ourense el 'verdadero' Club de la ciudad, el de las trece temporadas en Segunda División) es un equipo menor. Y de repente, el Espanyol de Manolo González. Al que se le pudo y debió ganar porque las ocasiones para marcar rozaron la frontera de la goleada. La "falta de pericia" sale a escena. Aquella carencia que denunció Marcelo Bielsa y padeció de manera severa Marcelino García Toral en el escaso tiempo que pudo gozar de Lezama y de la Catedral.
El Espanyol, por el hecho de haber asaltado San Mamés, ha sido alzado a los altares por la prensa que cronifica a los leones. Cómo lo hizo y por qué. Hortxe dago gakoa. La madre del cordero. Al borde del descanso, un golazo similar al de Jauregizar en O Couto que anulaba la ventaja impuesta por la picardía de Berenguer. Y al inicio del segundo tiempo, la bisoñez de Adama Boiro, al que su par se le fue para, de cómoda manera, regalarle a Pere Milla el gol con el pase de la muerte. Fue ponerse por delante el equipo perico, y diseñar Manolo González un entramado defensivo que obligó a los de Valverde a jugar a lo ancho. Aún así, el Athletic gozó de ocasiones claras y suficientes para remontar la contienda.

Una lectura paralela del partido resultaría tan evidente como asumible. La de incidir en el once de inicio y el resto que saltó desde el banquillo. Orfandad en la línea de cuatro. Areso, Vivian, Laporte y Yuri no eran de la partida. Demasiada ausencia para cosa buena. Los hermanos Williams están 'fuera de juego'. Iñaki, porque su estado de forma roza lo muy deficiente; Nico, porque su mal de pubis lo convierte en un alma en pena vagando por las capillas de la Catedral. Galaxy y Jauregizar no dan a basto. El crecimiento de Oihan Sancet no es suficiente. Berenguer, desubicado por su entrenador, puso el gol, estéril a la postre.
Demasiadas bajas en el Athletic Club...
Futbolistas cruciales que no están recuperados para la causa. Mil razones. O tan sólo una. La alarmante falta de pericia. Fue así que contemplé todos los minutos tras el segundo gol del Espanyol asumiendo "una derrota anunciada". Finalizado el choque, seleccioné el dial de una emisora de prestigio. Llegué a tiempo para escuchar el 'consejo comercial' de la empresa que había patrocinado la retransmisión. "Servisa: Tanatorio y Cremación con el trato humano más exquisito".
La opción de esta empresa conllevaba encajar el cadáver del Athletic en un féretro, y clavetearlo. De seguido, el fuego abrasador que convierte a los leones en polvo de estrellas. Resucitará el Athletic, cual Ave Fénix, de sus cenizas. La vida continua. Mejor sin dolor ni sufrimiento. Convirtamos 'La educación del estoico' en nuestro libro de cabecera.
Por Kuitxi Pérez García, periodista y exjugador del Portugalete Club