España llegaba al último partido de la fase de grupos con los deberes casi hechos: le bastaba un empate para asegurarse el primer puesto, pero delante tenía a una Italia valiente, intensa y sin nada que perder. El escenario, el Stadion Wankdorf de Berna, registró una gran entrada y fue testigo de un duelo tenso, lleno de alternativas y resuelto en el tiempo añadido. España selló su pase a cuartos como primera de grupo tras imponerse por 3-1 a una imponente Italia No fue un partido cómodo. Las azzurre salieron sin complejos, presionando arriba y explotando los espacios a la espalda de la zaga española. Fruto de esa estrategia llegó el primer tanto: en el minuto 10, Oliviero aprovechó un rechace en el área tras una jugada embarullada para batir a Nanclares. Pero si algo ha demostrado esta España es que sabe sufrir y, sobre todo, reaccionar. Cuatro minutos después, Athenea Del Castillo empató tras una pared de fantasía con Alexia Putellas. La jugada fue una obra de arte: desborde, taconazo y definición con sangre fría. A partir de ahí, España dominó más, pero sufrió ante un rival muy físico que supo incomodar y buscó el gol al espacio. El descanso le sentó bien a España. En la reanudación, Patri Guijarro conectó un potente disparo desde la frontal para poner el 2-1 en el 48’. Fue un mazazo para Italia, que empezó a perder gas. Montse Tomé movió el banquillo con inteligencia: Vicky López aportó frescura, Pina desborde, y las laterales se soltaron con mayor libertad. Aun así, Italia no se rindió, y obligó a Nanclares a lucirse en un par de ocasiones. También Giuliani sostuvo a las suyas con una parada espectacular a Aitana Bonmatí. El golpe definitivo lo dio Esther González en el 91’, cuando parecía que el 2-1 sería definitivo. Alexia centró con precisión, Giuliani despejó mal y el balón quedó muerto sobre la línea. Ahí apareció Esther, como buena delantera, para empujarla con la puntera y desatar la locura. España terminó ganando y convenciendo. 29.644 espectadores vibraron con una Roja que crece con cada partido y que ya piensa en los cuartos, donde se medirá con uno de los mejores.
España llegaba al último partido de la fase de grupos con los deberes casi hechos: le bastaba un empate para asegurarse el primer puesto, pero delante tenía a una Italia valiente, intensa y sin nada que perder. El escenario, el Stadion Wankdorf de Berna, registró una gran entrada y fue testigo de un duelo tenso, lleno de alternativas y resuelto en el tiempo añadido. España selló su pase a cuartos como primera de grupo tras imponerse por 3-1 a una imponente Italia No fue un partido cómodo. Las azzurre salieron sin complejos, presionando arriba y explotando los espacios a la espalda de la zaga española. Fruto de esa estrategia llegó el primer tanto: en el minuto 10, Oliviero aprovechó un rechace en el área tras una jugada embarullada para batir a Nanclares. Pero si algo ha demostrado esta España es que sabe sufrir y, sobre todo, reaccionar. Cuatro minutos después, Athenea Del Castillo empató tras una pared de fantasía con Alexia Putellas. La jugada fue una obra de arte: desborde, taconazo y definición con sangre fría. A partir de ahí, España dominó más, pero sufrió ante un rival muy físico que supo incomodar y buscó el gol al espacio. El descanso le sentó bien a España. En la reanudación, Patri Guijarro conectó un potente disparo desde la frontal para poner el 2-1 en el 48’. Fue un mazazo para Italia, que empezó a perder gas. Montse Tomé movió el banquillo con inteligencia: Vicky López aportó frescura, Pina desborde, y las laterales se soltaron con mayor libertad. Aun así, Italia no se rindió, y obligó a Nanclares a lucirse en un par de ocasiones. También Giuliani sostuvo a las suyas con una parada espectacular a Aitana Bonmatí. El golpe definitivo lo dio Esther González en el 91’, cuando parecía que el 2-1 sería definitivo. Alexia centró con precisión, Giuliani despejó mal y el balón quedó muerto sobre la línea. Ahí apareció Esther, como buena delantera, para empujarla con la puntera y desatar la locura. España terminó ganando y convenciendo. 29.644 espectadores vibraron con una Roja que crece con cada partido y que ya piensa en los cuartos, donde se medirá con uno de los mejores.