¡Ahora todo el mundo es de Almeyda!

Matías Almeyda, el gran líder del Sevilla
Matías Almeyda borra todos los registros negativos con el mejor encuentro del Sevilla en años
SevillaHace unas semanas, después de la derrota del Sevilla ante el Villarreal, y ante las numerosas críticas que recibió Matías Almeyda, publiqué un artículo en defensa del entrenador argentino por esos cambios que algunos llamaron kamikazes y que pudieron costarle la derrota frente al equipo de Marcelino García Toral. Ahora, días después, ¡todo el mundo es de Matías Almeyda! Y con razón, vaya. Porque Almeyda está demostrando en este inicio de temporada en LALIGA ESPORTS que es el gran líder de este Sevilla FC. Con sus charlas, sus tácticas, sus palabras ante los periodistas e incluso con sus asados. Pero, sobre todo, con los hechos. Su equipo gana, y hasta golea al todopoderoso Barcelona. ¿Qué sevillista pudo imaginar lo que pasó en el partido? Alguno habría, seguro, pero lo normal era que no. Almeyda preparó el partido de forma perfecta, apretó de forma individual a De Jong, Pedri y Olmo y el Barcelona se ahogó. También el calor, todo sea dicho. Y que había jugado (le habían pasado por encima físicamente) unos días antes frente al PSG en la Champions. Lo que sea, el Barça no puede tener excusas. Ni las bajas de Lamine o Raphinha. Nada de nada. Almeyda dio con la clave incluso antes del pitido inicial y la goleada no fue aún mayor por los fallos en la primera parte.
El técnico argentino, que sabía perfectamente en el fregado que se metía, ha caído de pie. Es lo que gusta en el sevillismo, vámonos para arriba con una locura muchas veces controlada. Le da seguridad su portero Odysseas (fichajazo), la veteranía de Azpilicueta o la fortaleza física de Mendy y Agoumé. Incluso Alexis Sánchez, que no estaba retirado. Que no tiene jugadores para tocar la pelota, pues a buscar otras formas de hacer gol. Y las está encontrando casi a la perfección. El sevillismo debe confiar en el Almeyda, aunque un día haga nueve cambios. Él mismo dio sus motivos y son los jugadores los que deben creer en sus palabras. Y creen de verdad. Es el gran éxito de un entrenador: que sus jugadores crean en él hagan sobre el campo todo lo que les diga.