Logo de Fútbol
Fútbol
Champions League|Jornada 1
Sevilla

0
4
Man. City

E. Haaland 20´,67´,
P. Foden 58´,
Rúben Dias 92´

Agonía

Sevilla 0-4 Manchester City: Resumen del partido
Compartir

No por esperadas las derrotas del Sevilla son menos dolorosas. Nunca dejan de serlo ni deben dejar de serlo en este club acostumbrado a competir y ganar en los últimos años. Pero más allá del dolor por otro partido perdido, lo cierto es que la batalla del equipo de Lopetegui no está ni estaba esta semana en el partido de la Champions. Pasó el City y barrió, y el Sevilla apenas le hizo cosquillas. Quizás lo preocupante, una vez asimilada la derrota, es la normalización de la misma, la sensación de que el Sevilla ni por carácter, ni por agresividad, ni por fuerza, ni por supuesto por fútbol, podía hacerle daño al City. Inoperancia, miedo, falta de confianza... son tantas cosas las que atenazan al Sevilla que los jugadores que sacan la cabeza entre tanta inoperancia destacan como una montaña en un llano. No se le exige al Sevilla ganar al City, tampoco sería justo. Pero sí competir, y no lo hizo. O al menos competir de otra forma, que ya Nervión da la sensación de conformarse con cualquier cosa ante el negro panorama que asoma en el Pizjuán. Ni las vueltas al once y al sistema de Julen dieron esa opción a los suyos. Ni tampoco destacan jugadores para levantar la situación. Isco está a años luz del resto, es evidente, pero no tiene apoyo, no tiene acompañamiento musical más allá del Papu. El Sevilla está inmerso en un pozo y tiene ya ante sí un todo o nada ante el Espanyol. Este partido del City duele, pero aún no ha matado a Julen. Era de suponer que el planteamiento de Lopetegui, con hasta cinco centrocampistas, sin delantero, con Isco de falso nueve para aguantar la pelota, doble carril en la izquierda, tenía como objetivo la posesión. Si no rebatírsela al City, sí al menos aprovechar la propia garantizando, a priori, buena circulación del balón con jugadores más seguros en el pase y, se suponía, más personalidad a la hora de controlar la pelota, levantar la cabeza, y ver las adineradas camisetas color sky del rival. Pero la realidad fue bastante diferente. El Sevilla, con tanto centrocampista, sí que dificultó bastante el juego interior del Manchester City, que sin embargo se abrió por las bandas, donde De Bryune aparecía haciendo una lectura perfecta de lo que ocurría. Los de Guardiola monopolizaron la pelota, presionaron alto e impidieron que el Sevilla pudiera construir una sola jugada de ataque. Las aproximaciones, dos, al área de Ederson fueron tras un avispado saque rápido de una falta de Isco y un balón largo a Delaney que provocó en cadena uno de los dos remates, fuera, al área inglesa, del Papu. En resumen, el City tenía la pelota, puede que no los espacios, pero es que el Sevilla ni tenía la pelota ni podía aprovechar los espacios tan metido como estaba en su campo y en su área. Y sin referencia en la delantera que prolongara una jugada, bajara un balón o activara a sus compañeros salir con la pelota se hacía literalmente imposible. Tan imposible que no lo hizo en 45 minutos. El City, a todo esto, cómodo con la pelota ante un Sevilla muy retrasado, sin hacer destrozos, arrollaba con la mera posesión. Y con De Bryune, el más listo, leyendo las fisuras andaluzas logró marcar, cómo no, a través de Halaand, aunque el mérito de la acción en la cabeza la tuviera el belga, aprovechándose, todo sea dicho, de la pasividad de la zaga nervionense. Nadie siguió al belga a la espalda de Acuña y ahí llegó el gol. Cierto es que más allá de eso, el City tampoco tuvo clamorosas ocasiones, pero la sensación de suficiencia era aterradora, tanto como la de impotencia sevillista. Solo Isco y el Papu tuvieron ese carácter para intentarlo, para aguantar la pelota, pero no tuvieron acompañamiento. Intentó reaccionar el Sevilla en la segunda mitad. Metió Lopetegui a Rafa Mir y Jordán por Rakitic y Delaney. Especialmente desastrosa fue la entrada del centrocampista, cuyas pérdidas propiciaron un casi gol y un segundo gol en contra que mató el partido. Antes de ese segundo tanto, de Foden, tras una jugada con origen en pérdida del catalán, sí que tuvo varios acercamientos el equipo sevillista. No pasaron de eso, pases laterales de Acuña o Navas, aproximaciones. Pero es que ni eso pasó en la primera mitad. Pero claro, si adelantas líneas no puedes regalar contras. Y eso pasó en el 0-2 que sentenció el partido, que se ponía imposible, eso ya se sabía, pero también ya feo. De hecho llegó un tercer tanto, de Halaand, en otra acción de Foden. Los minutos restantes, casi 25 minutos, fueron de la basura. Lo dice eso casi todo del partido y del nivel del Sevilla, que tuvo otro motivo para sonrojarse con el cuarto gol del City ya en el descuento.

Temas