La Embajada de Rusia intermediará para que un grupo de béticos inviten al pequeño Álex al Villamarín

Dicen que cuando el Betis te agarra, es imposible escapar. Una pasión inalienable, que únicamente la entienda aquel que la profesa. La religión con la que hasta los ateos son capaces de alcanzar el cielo. Un entusiasmo que no entiende de razas, clases ni fronteras. Porque no hay amor más puro ni más sincero. Y es que el bético nace donde quiere. Si no, que se lo digan al pequeño Álex. La historia de este chico de nueve años ha dado la vuelta al mundo. Un hincha ruso que se enamoró del Real Betis y que recorrió 700 kilómetros junto a su madre para apoyar al Real Betis en San Petersburgo. Sin familia bética y sin haber visitado nunca Sevilla. A casi 8.000 kilómetros de distancia del Benito Villamarín. Una historia difícil de explicar pero que define el misticismo de este deporte. Y es que el Betis le eligió. Sin más.
Amor desinteresado al Betis
Tal ha sido la repercusión de su viaje que el propio club quiso tener un detalle con el pequeño Álex, regalándole la camiseta de uno de los capitanes. Pero la historia va mucho más allá. Un nutrido grupo de béticos, encabezados por Friquis Verdes, se pusieron manos a la obra nada más conocer el relato en busca de tener un detalle con este gran bético de nueve años. El cometido, nada menos que recaudar fondos para invitarle al Benito Villamarín y que así pueda cumplir su sueño. "Nos gustaría invitarle costeándole los gastos", aseguraban. Desde entonces no han parado de moverse para encontrar al chico. Hasta tal punto ha llegado la iniciativa que la propia Embajada de Rusia se ha puesto en contacto con este grupo de aficionados para tratar de hacer realidad el sueño de Álex. Se han comprometido a encontrar al chaval e intermediar con Friquis Verdes para que estos puedan traerle a España. Una brillante iniciativa que no es la primera de este grupo de béticos, quienes ya trajeron por primera vez a Heliópolis a Pere Ribes, el pequeño hincha catalán que se enamoró del Betis desde la distancia. Un claro ejemplo de cómo hacer Betis, por y para sus aficionados.