Y añadan las palabras que quieran, porque serán pocas para calificar el enorme batacazo que se ha pegado el Sevilla en esta eliminatoria de octavos de la Copa del Rey ante el Mirandés. El proyecto de Lopetegui consuma su primer gran fracaso. Y no por caer en la Copa, que también, sino por la forma en la que lo hizo. Porque la actitud del equipo que saltó al campo en Miranda de Ebro no fue digna de un equipo que debe y que tiene que aspirar a llegar lo más lejos posible en esta competición, en este torneo. Un Sevilla que se había caracterizado por competir siempre, por dar la cara siempre, salió al campo apático, relajado (sí, relajado) y recibió de principio a fin un señor repaso del Mirandés, que acabó goleando al conjunto de Lopetegui. Ha sido un duro golpe por lo inesperado, por la confianza que había generado el proyecto y porque deja ir una bala el conjunto nervionense de las que tiene para poder hacer algo grande esta temporada. Pero sobre todo, insistimos, por la imagen y la actitud que desplegó el Sevilla en Anduva. Una actitud que no debe permitirse con esa camiseta y con ese escudo. El planteamiento de Lopetegui para saltar al campo fue desacertado. Buscó tres centrales para sacar la pelota ante la presión local y resultó que lo que hizo fue dejar huérfano a su equipo de fútbol, porque además de Gudelj, que se incrustaba entre los centrales, venía Banega a solaparse con ellos y perder presencia en el centro del campo. Fue ahí donde empezó el argentino su sainete de balones perdidos, malos pases y malas decisiones, que fue el origen del tempranero 1-0 que ya puso cuesta arriba todo el partido. Con ese gol colaboró Koundé con una marca muy laxa. Pero en realidad colaboraba todo el equipo, porque fue infame la actitud de los jugadores sevillistas. Desde un Escudero que fue un cero a la izquierda, hasta un Diego Carlos nervioso, un Munir inédito, un De Jong perdido, un Óliver apresurado... Todos mal, menos Vaclik, que no pudo hacer nada en el 2-0, de rebote tras una pérdida sangrante de Banega, pero que salvó varios goles cantados posteriormente e incluso un penalti en la segunda parte. Esa segunda parte comenzó con una buena reacción momentánea del Sevilla, que en dos minutos tuvo hasta tres ocasiones, un palo, aunque por fuera, incluido. Fue de Ocampos, que saltó al campo junto a Jordán y En Nesyri (salieron Koundé, Banega y Munir). Pero esa reacción fue muy limitada, porque de hecho el Mirandés retomó el puso del partido y el dominio. De hecho, no volvió a pasar nada en el área del equipo burgalés hasta el tramo final del encuentro, cuando En Nesyri mandó fuera del campo una clara ocasión, entre otras oportunidades no tan claras o jugadas a balón parado. Pero como toda la temporada, la efectividad brilló por su ausencia. Sin embargo el Mirandés llegaba con peligro, y tanto, hasta que mató el encuentro con el tercer gol, que hizo inservible e inútil el gol postrero de Nolito. Todos los resultados en https://resultados.eldesmarque.com