Parecía, tras ese remate de cabeza alto de De Jong tras disparo de Óliver, tras ese intento de Chicharito a un metro de la portería, que el gol no llegaría jamás. Que un día más se iba a resistir de forma inexplicable, porque ni De Jong ni Chcharito acertaban a meterla cuando más fácil parecía. Pero tenía que llegar. Porque los intentos fueron continuos, por mera estadística, y porque la locomotora Navas puso un regalo en forma de balón a la cabeza del delantero holandés, que remató muy bien, dicho sea de paso. Era eso, solo eso, meter la pelota en la red, lo que le faltaba al Sevilla en un partido que, si no brillante, sí daba fe de la superioridad ante el Levante, sobre todo en la segunda mitad. Porque el tanto de De Jong significa mucho. Significa una liberación para el equipo y significa una liberación para el delantero holandés, que esperó a la novena jornada para estrenar su casillero de goles. Además de significar tres puntos que meten de nuevo al Sevilla en el pelotón de cabeza. Paco López sorprendió en su planteamiento a Julen Lopetegui. Si el Sevilla siempre intenta agobiar al rival de inicio, buscarlo arriba, presionarlo, ante el Levante fue al revés. El equipo granota buscó al Sevilla muy arriba y le incomodó bastante. De hecho, en la primera media hora de partido fue claro dominador, aunque sin demasiado peligro ante Vaclik, salvo un disparo de Hernani tras despiste de Reguilón. El Sevilla tenía bastantes dificultades para sacar la pelota en condiciones, y el Levante sabe, como buen hijo de vecino que vea al equipo nervionense jugar un par de veces, que a día de hoy arriba adolece de velocidad punta. Por eso, mantener a los hispalenses lejos de su portería fue una buena artimaña y solo sufrió en ocasiones puntuales o jugadas aisladas. Si el Sevilla, ante la presión del Levante, no encontró salida de la pelota, fue porque no anduvieron en su mejor versión Jordán o Banega, aunque este estuvo más activo. Arriba Chicharito jugaba de espaldas, se movía y lo intentaba, pero sin demasiadas oportunidades. Luego, salvo Jesús Navas y Ocampos, que percutían con insistencia y criterio, el resto lo hacía un poco a lo loco y sin demasiada precisión. Eso sí, a partir del minuto 30 el partido cambió. Se hizo dueño de la pelota, por fin, y empezó a entrar por las dos bandas (tuvo Reguilón una clara ocasión) y a tener continuidad en su juego ofensivo. Aitor se empleó de forma decisiva en un par de de acciones que evitaron que el Sevilla se fuera al descanso con ventaja. El arranque de la segunda mitad fue similar en cuanto a guion. El Sevilla acorralaba al Levante, pero sin demasiadas ocasiones claras. Y fueron pasando los minutos sin que llegara esa ocasión, esa oportunidad. Lopetegui fue moviendo piezas y durante unos minutos dispuso a Chicharito y De Jong juntos, y ahí, en pocos minutos, llegaron las ocasiones más claras del equipo. Una del holandés y dos del mexicano. Pero claro, en este Sevilla no hay quien la meta. De Jong cabeceo alto de forma asombrosa, y Chicharito la echó fuera cuando lo tenía todo tras un buen pase de Óliver (otro cambio). El Levante no respondía ni llevaba peligro, pero se defendía con orden y eso le bastaba. Cuando el Sevilla traspasaba sus líneas y su zaga, no la metía. Así que eso también daba tranquilidad al equipo valenciano. Pero en el campo había un jugador, una máquina más bien, capaz de insistir, de volver, de ir, de ponerla una y otra vez. El despliegue de Jesús Navas fue absolutamente espectacular este domingo, y puso la guinda con una asistencia de libro para que De Jong, sí, De Jong, marcara su primer gol y además diera los tres puntos al conjunto de Lopetegui. Con ese tanto en las postrimerías acabó el partido, y con todo el equipo volcado con el delantero holandés. Todos los resultados en https://resultados.eldesmarque.com