"Hemos vendido a Sarabia y Ben Yedder como una obligación"

sarabia_salida2.jpeg
Sarabia y Monchi, en la despedida del jugador del Sevilla.. Kiko Hurtado
Compartir

El cuadro de Monchi ha sido objeto de debate durante los meses en los que el Sevilla FC estaba conformando su planificación deportiva, y también lo es ahora, con la competición iniciada y el equipo dando buenos síntomas pero también dejando algunas dudas. El director deportivo sevillista ha estado este lunes en los micrófonos de Radio Sevilla, en los que ha valorado cómo ha quedado finalmente el famoso cuadro y ha reconocido que las dos ventas más caras fueron prácticamente obligadas. “Intenté plantearme algo más agresivo de lo que se podía hacer. Hemos vendido a Sarabia y a Ben Yedder no como una opción, sino como una obligación. El Sevilla necesitaba generar una serie de plusvalías sí o sí, parecido a lo que me pasó con Salah en Roma. Se afrontó con entereza y no lo utilizo como excusa”. De hecho, Monchi reconoce que le queda el sinsabor de no haber podido acertar más en el capítulo de salidas. “En ese pensamiento ambicioso, tenía en mi cabeza algo distinto en algunos matices, que no se han hecho porque las salidas no se han dado tan bien como uno pensaba. Hay un costo de amortización que se ha quedado dentro del club, casi 20 millones de euros de jugadores que pertenecen al Sevilla que no juegan aquí, eso son casi tres jugadores que podrían haber venido o aumentado la capacidad económica. Es responsabilidad mía. He tenido que ceder cuando quería vender. He trabajado con total libertad, no tengo ninguna excusa”.

 Monchi, con Lopetegui.

“Si hay algún responsable, cuando terminemos, soy yo. No tengo excusa de decir que no he hecho lo que quería. Lo que he hecho me gusta, si tuviera que confiar de nuevo en Julen volvería a confiar, porque me ha demostrado ser algo mas incluso de lo que pensaba”, completó Monchi, que tocó más temas de la actualidad sevillista. Las dudas de parte de la afición. “Es totalmente normal que haya dudas. No hay ningún argumento que pueda utilizar para convencer al que tenga dudas de la planificación, del entrenador o de De Jong. No creo que sea hoy el día. Respeto al que pueda dudar. Hay un juez, que es el tiempo, hoy el director deportivo del Sevilla tiene que defender a los suyos e internamente ayudar al entrenador a buscar soluciones y dar ánimos a los jugadores. La sensación de dominio que tuve en el minuto 25 la he tenido pocas veces en el Camp Nou. El míster estaba haciendo lo que quería hacer, y eso me hace ser más positivo. El equipo tiene una idea y una identidad. Los análisis colectivos con errores individuales, que los hubo, son difíciles de hacer. Me preocuparía que el míster estuviera dando bandazos. Cuando acabo el partido del APOEL me dijo que íbamos a ir al Nou Camp a ser nosotros mismos, pero más agresivos. Los jugadores del Barcelona nos dicen que si en el descanso nos vamos 0-3 no pasa nada. Hay un matiz individual que cambia el partido. Eso es lo que tenemos que analizar”. Los jugadores más caros. “Con un jugador con 20 años con Koundé o con 22 años como Rony, es muy pronto para decir que me he equivocado. Si al final no funcionan el único culpable soy yo, no hay otro. He madurado en Italia en no buscar excusas. El tiempo es muy largo”. Cambiar la opinión de Lopetegui. “El único camino para cambiar esa opinión, que hay una mayoría de aficionados que no están de acuerdo con Lopetegui desde el momento que se decidió, es con resultados. No creo que haya un matiz subjetivo que incline la balanza si al final objetivamente el entrenador consigue los resultados. La empatía se consigue levantando plata y consiguiendo objetivos. Como Unai, está muy obsesionado con el trabajo. El Sevilla es un club en el que al aficionado no le puedes vender mediocridad, hay que venderle la realidad de lo que el club ha crecido. En Roma la gente se quejaba jugando una final de Copa, en los cuartos de Champions y cuartos en liga. Tenemos que aspirar a lo máximo porque es la seña de identidad que nos ha hecho crecer. Conseguir plata y ser cuartos es muy difícil, pero es más factible si te lo pones como objetivo. La única manera en este club de que la gente esté contenta, a día de hoy, porque se ha instalado en el éxito y te va a exigir. Hay una sensación de negatividad y esa es la grandeza de este club, los profesionales tenemos que asumirlo y el que no, que venga otro. El míster lo ha asumido y tengo confianza de que sea capaz de responder a esa exigencia”. La portería. Son los dos puestos más específicos, donde se centran más los debates porque son los más visibles. Tomas me parece un magnifico portero. Como los delanteros, los porteros tienen rachas, a veces todo lo que nos llega un gol, y está en esa racha de que posiblemente sin responsabilidad los goles entran. La confianza en Tomas y en Bono es grande. Lo único que puedo pensar es en que cambie esa racha, en la que a veces el portero entra y no sale. Cuento como anécdota lo de Diego López en el Sevilla, que estuvo seis meses que todo lo que tiraban era gol, parecía que no había portero. A veces necesitas un partido que te cambie el sino, un día que él diga que ha ganado él el partido. Tomas no elude la crítica personal”. Monchi y el derbi. “Es una fecha señalada, entre otras cosas porque hay elecciones generales, es una fecha que está ahí y que uno de vez en cuando mira de reojo. Ni la eludo ni me obsesiona. Nos quedan seis partidos y al Betis cuatro, es imposible sabe cómo vamos a llegar. Lo miro más con mi corazón sevillista que con mi corazón profesional. Lopetegui estará, y yo, espero”.