Falta de cultura tenística o el precio de las entradas: una explicación a los cientos de asientos vacíos en la final femenina en Madrid
Termina el Mutua Madrid Open con Carlos Alcaraz y Aryna Sabalenka como los ganadores de esta edición. El murciano revalida el título. Una hazaña que solo había logrado Rafa Nadal en 2013 y 2014. Mientras que la bielorrusa logra también su segundo título, tras el logrado en 2021 cuando ganó ni más ni menos que a Ashleigh Barty. El sábado se vivió en la Caja Mágica la final soñada por todos los torneos del mundo. La número uno y la dos del circuito se enfrentaban. La bielorrusa Aryna Sabalenka y la polaca Iga Swiatek venían de jugar la final hace unos días en Sttutgart. “Tengo muchas ganas de la revancha”, dijo Sabalenka tras perder por 6/3 y 6/4 en la tierra batida de Alemania. Pero, al alzar la mirada sobre la grada a las 18:30 horas del sábado descubrí que algo estaba pasando. Demasiados colores rojos resaltaban entre la gente. Butacas vacías. Demasiadas.
¿Qué falló? No sería por el cartel: las dos mejores del mundo se enfrentaban. No sería por el escenario, ni por el tenis que tienen ambas jugadoras ni tampoco por el clima y la hora. “A la afición madrileña no le gusta el tenis”, “fallan los precios de las entradas”, “falta de españolas”, dicen algunos usuarios en redes sociales como justificación por la falta de público en la grada. Una situación que no se vivió para nada en la final entre Carlos Alcaraz y Struff. El estadio, aunque con algún asiento libre, lleno absoluto para ver al murciano y al alemán.
¿Falta de cultura tenística en el Madrid Open?
La falta de una dominadora clara en el circuito hace que mucha gente que no lo sigue habitualmente no ubique quienes son Iga Swiatek o Aryna Sabalenka. Incluso me cuesta escribir estas palabras cuando son las mejores tenistas del mundo actualmente. Dos jugadores que suman cuatro Grand Slams. Tampoco es problema de no encontrar referentes. Estamos en un momento histórico del tenis femenino en el que no hay una dominadora clara. Esto hace que sea mucho más difícil para el público identificarse con una tenista a la que seguir. Sin embargo, cuando sí hubo una reina destacada como ocurrió con Serena Williams o María Sharapova, también había demasiados asientos vacíos como en la final de 2013. Por tanto, ¿es un problema de cultura hacia tenis femenino? ¿O es que simplemente la ausencia de españolas aleja al público madrileño de la grada?
"El jueves pasado estuve en la Caja Mágica. Estaba Swiatek entrenado en la pista 7 y estábamos a lo sumo 15 personas viéndola. El 90% de la gente no sabía ni quién era ni siquiera leyendo los carteles. Madrid y tenis, si quitas los negocios da para esto”, dice un usuario como crítica a la falta de cultura tenística en Madrid.
No se sabe si este dato cambiará el día que una española llegue a la final en Madrid. Paula Badosa se quedó a las puertas en 2021 en la semifinal contra la número uno en ese momento Barty. Un partido marcado por la pandemia ya que tan solo podía entrar el 40% del público al estadio.
¿El precio de las entradas?
Otro de los argumentos por la falta de público en la final femenina es el precio de las entradas. Entre 160 y 190 euros cuesta una entrada para acceder al estadio el último día. No todo el mundo se lo puede permitir. Según el INE, el 40% de la población percibe un sueldo bruto entre 1.366,5 y 2.342,2 euros en 2021. Si una familia con cuatro integrantes decide ir a la final femenina se gastaría un total de 640 euros. Es decir, más de un 60% del sueldo de una persona que cobrara 1.366 euros.
“Yo he pagado 190 euros. Eso es lo que falla. Que es una barbaridad de caro”, denuncia un usuario en Twitter. “Torneo hecho para las clases privilegiadas y el famoseo. Cada vez peor. ¿Acabará desapareciendo?”, critica otro aficionado al no poder ir a la final por el coste de las entradas. En definitiva, ni el mejor cartel hace que la gente de Madrid se acerque a la Caja Mágica. El mejor tenis del mundo está en la capital y hay asientos libres. Una situación que pasa año tras año. Hay que cuidar el tenis femenino y también fomentar más cultura de este deporte. Más niños por las instalaciones y menos gente trajeada que no sabe ni quién es Iga Swiatek, la mejor tenista del mundo actualmente.
