El año en el que Giuliano Simeone derribó todos los prejuicios

Un 2025 de ensueño para Giuliano Simeone: de la Selección Argentina a ser tío por primera vez
Muere Enrique Collar, leyenda del Atleti con más capitanías en su historia, a los 91 años
El 2025 de Giuliano Simeone ha sido, sin lugar a dudas, el de su consagración definitiva en la élite. Lo que empezó como un reto cargado de escepticismo (por aquello de ser "el hijo del jefe") ha terminado por derribar cualquier muro de prejuicios a base de sudor y una entrega que no admite negociación. El "Cholito" ha demostrado que su lugar en el Metropolitano no es una cuestión de apellido, sino de un hambre competitiva que ha enamorado a una afición entregada a su incansable despliegue sobre el verde.
Un año de selección, garra y familia
El crecimiento de Giuliano no ha pasado desapercibido para Lionel Scaloni. Tras un rendimiento sobresaliente con el Atlético, el delantero ha dado el salto definitivo a la Selección Argentina, debutando oficialmente en las Eliminatorias y ganándose un hueco que, salvo sorpresa, le llevará directo al Mundial 2026 (cuya clasificación ha encarrilado este 2025).

Su valor de mercado se ha disparado hasta los 40 millones de euros, reflejo de una temporada donde ha sumado minutos de calidad, goles importantes en LALIGA y Champions, y esa asistencia en el derbi contra el Real Madrid que la grada todavía corea.
En las oficinas del club, la prioridad tiene nombre propio. Una de las tareas más urgentes en la agenda de Mateu Alemany es blindar al joven talento con una renovación que certifique su estatus de pieza clave en el esquema rojiblanco. Giuliano representa esa identidad de "nunca dejes de creer" que tanto ansiaba recuperar la parroquia colchonera.
Pero si el 2025 ha sido especial en el césped, en lo personal ha sido inolvidable. Giuliano se ha estrenado como tío por primera vez tras el nacimiento de Faustino, el hijo de su hermano Gianluca y la modelo argentina Eva Bargiela. Un broche de oro para un año en el que el menor de los Simeone ha volado solo, demostrando que su techo todavía está lejos de alcanzarse.