De la 'facilidad' de Manuel Pellegrini ante el Sevilla a la triste verdad de Almeyda: "¿Me he explicado bien?"
Manuel Pellegrini y Matías Almeyda mostraron dos caras muy diferentes en sala de prensa
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SevillaUn derbi relativamente fácil para el Betis. Así se pudo ver sobre el césped, donde los de Manuel Pellegrini apenas sufrieron durante la primera mitad, y en sala de prensa, donde el chileno mostró una realidad muy diferente a la que enseñó Matías Almeyda, técnico del Sevilla, poco después: de la facilidad verdiblanca a la triste realidad sevillista. Porque el análisis de ambos entrenadores, aunque con ciertos y evidentes matices, fue exacto: un error declinó el marcador. La diferencia principal, lógico, estuvo en la interpretación del fallo. Mientras Manuel Pellegrini explicaba con cierta tranquilidad y sabiduría que su equipo "les obligó a jugar una marcha más rápida de lo que están acostumbrados" -sin decir, evidente, que suponían que el rival acabaría equivocándose-, Matías Almeyda lo describía como un "error grosero".
Escuchando a Manuel Pellegrini se denotaba la tranquilidad de que todo, antes o después, iba a caer de su lado y a la vez que aplaudía el esfuerzo de sus jugadores, dejaba explicaciones de lo más sencilla. Era cuestión de tiempo.
Matías Almeyda admite la triste 'realidad' del Sevilla
Cuando salió el chileno, llegó el turno del argentino y el entrenador del Sevilla, aunque ha intentado en repetidas ocasiones maquillar e interpretar los déficits de su plantilla, esta vez no pudo más que aceptar la triste realidad: "Ganó el que mejores características tenía", decía con tal de no gritar que su rival era mejor. Sin embargo, el mensaje más crudo y doloroso lo pronunció poco después, reconociendo que en su plantilla "no nos sobran muchas cosas" y que la realidad del Sevilla, le pese a quien le pese, es "luchar hasta el final, cuanto antes asumamos eso, mejor".
"Tengo un pensamiento que no puedo expresar, no debo y no quiero", sumaba antes de evidenciar un enorme enfado con sus jugadores: "Lo entrenamos, lo trabajamos... o es el entrenador, o son errores groseros. ¿Me he explicado bien?", sentenciaba.