La defensa del Sevilla, un rompecabezas sin argumentos ni solución para García Pimienta

SevillaUna, otra y otra vez. García Pimienta, técnico del Sevilla, ha insistido en repetidas ocasiones en la preocupación que le provoca la debilidad de su equipo en zona defensiva -algo que no es nuevo en Nervión- y es que ni por sistema, ni por ideas, ni por jugadores, ha sido capaz de estabilizarse hasta ahora en el Sánchez-Pizjuán. Y en invierno, por si fuese poco, las curvas llegan bien marcadas. Hablar de los problemas defensivos del Sevilla es hablar de uno de los problemas más repetidos en Nervión desde hace años. José Luis Mendilibar trató sobre ello cuando llegó, el pasado año se apostó por un Quique Sánchez Flores con bloque bajo y línea de cinco por semejantes condiciones y, por si fuese poco, este verano no se ha retocado a los centrales asegurando que se confiaba en ellos. La realidad es que García Pimienta lleva acusando esta inseguridad, esta falta de contundencia o este como quieran llamarlo desde principios de temporada y, curiosamente, tras la cita ante el Girona en el Sánchez-Pizjuán lo reconocía: "Nos falta".

El nuevo año no facilita la situación del Sevilla

Muchos pensaban, como si de arte de magia se tratase, que la llegada del 2025 paliaría estos problemas defensivos, pero la realidad se mostró rápidamente en Almería: cuatro goles de un Segunda División y una actuación digna de algún susto más del que se ha vivido en Sevilla. Ni Loic Badé, ni Marcao, ni Nemanja Gudelj, ni Kike Salas, ni porsupuesto el habitual lesionado Tanguy Nianzou, han sido capaces de darle estabilidad a una línea que, además, podría debilitarse aún más.

En Nervión no solo han perdido -o van a perder- a dos laterales como son Gonzalo Montiel y Valentín Barco, sino que además se rumorea sobre una posible salida de Loic Badé, el central más valorado, y ahora aparece la detención de Kike Salas. Como si fuese poco. El mercado ha llegado condicionado por la necesidad de un extremo y un nuevo delantero, pero García Pimienta lo repite en cada tropezón sevillista: sin estabilidad, sin seguridad, sin contundencia defensiva, su Sevilla está en serio peligro.