El Betis suma un punto en El Gran Derbi, pero no el de ambición

El Real Betis ha sumado un punto en El Gran Derbi ante el Sevilla FC (0-0), pero no fue precisamente el de ambición. Como hemos contado en ElDesmarque, el duelo fratricida acabó en tablas después de un choque aburrido, de poca calidad futbolística, demasiada tensión y cuyo final merece la pena olvidar. El cuadro de Pellegrini da un pasito más en su lucha por estar en Europa y el resultado no acaba de ser malo teniendo en cuenta que acabó con diez por la expulsión de Miranda por una dura entrada a Jesús Navas. Los derbis no se juegan: se ganan. Y para hacerlo hay que tener ambición. El Betis de Pellegrini la tiene normalmente y lo ha demostrado con creces. Sin embargo, en estos duelos de eterna rivalidad le cuesta y ese ímpetu necesario para llevárselo se devalúa. Le pasó en la ida y le volvió a pasar en Nervión. Clasificatoriamente hablando, le iba más en la pelea que al rival y la alineación de Mendilibar, con varios titulares en el banquillo, debería de haber sido el detonante de la deflagración de orgullo. Tardó en llegar.

Partido áspero y feo
Esa ambición se echó de menos desde el principio, porque a este Betis no le molan demasiado los partidos ásperos y feos de estas características. Compitió y logró igualar la intensidad del Sevilla, aunque en esas perdió el fuelle para hacer lo que mejor sabe: jugar bien al fútbol. Durante demasiados minutos, sólo algunos jugadores del once de Pellegrini se parecieron realmente a lo que son en otros partidos: básicamente, los centrales, y Guido Rodríguez y Ayoze. Tampoco el Sevilla tuvo demasiada de esa ambición, si bien contaba con la excusa de haber vuelto del averno y estar pensando en otras cosas. Conclusión: ni un tiro a puerta en la primera parte y uno del Sevilla. Ni Luiz Henrique ni Abner parecían enterarse de qué va esto de los derbis, ni William Carvalho estaba dispuesto a pelear balones aéreos ni dar una carrera de más, ni Canales andaba para tirar del carro...afortunadamente para los béticos, y para el fútbol, esa ambición despertó un poco en la segunda parte, curiosamente con la entrada de Rodri. Este sí tuvo más ambición y veneno, aparte de fútbol en los pies, quizá por haberlo mamado más que nadie.
Dominio del Betis pero sin ocasiones
Se tradujo más en dominio y control que en ocasiones, que las mejores y casi únicas fueron para los locales, pero al menos los de Pellegrini pleitearon por ganar. Claudio Bravo respondió cuando le tocó y el Betis fue arrinconando al Sevilla con la pelota. Los de Mendilibar se dejaron encerrar buscando la contra. Pese a ese dominio, el cuadro bético no se vio capaz de traducirla en ocasiones claras y se le fue yendo la fuerza. La fea entrada de Miranda a Jesús Navas dejó a los de Pellegrini con diez y a partir de ahí bastante tuvieron con capear el temporal del ambiente y de las intentonas del Sevilla que se quedaron fuera o en las manos de Claudio Bravo.