Periodismo fofo en torno al Athletic

Puede parecer paradójico pero la prensa deportiva que informa sobre el Athletic Club está fofa. Cada vez ejerce menos. La cuestión sobre esta prensa blanda ha llegado con una rueda de prensa, habitual, del director deportivo de turno haciendo balance de la temporada. Más allá del contenido de las contestaciones de Rafa Alkorta, en las que no entraré porque no me corresponde, llamó la atención de aficionados y espectadores la escasa búsqueda de respuestas a las primeras impresiones del preguntado. Tanto, que incluso el propio Alkorta se mostró sorprendido y aliviado por la suavidad de la rueda de prensa. Con la experiencia que yo tengo, como espectador y como periodista, la prensa deportiva que informa sobre el Athletic nunca ha sido especialmente agresiva pero sí parece que ahora, quizás influido por la situación deportiva actual aunque este no es algo repentino, está como aletargada, adormilada, fofa, en definitiva.

Es cierto que hay circunstancias que no ayudan, como las plantillas cortas, en los medios de comunicación, unas malas condiciones laborales (trabajo a destajo, contratos precarios, escasa motivación, poco reconocimiento a largas trayectorias profesionales), la tendencia de los medios a usar la bufanda para conseguir clics y seguidores en detrimento de una práctica periodística más lenta pero más profunda y rigurosa. Con este panorama no es fácil estar en forma, es verdad, pero la culpa no solo es del empedrado.
La morbidez alcanza a los dos lados de la sala de prensa porque todos vienen del mismo sitio

La camaradería con la que habla Alkorta, por ejemplo, se explica, en parte, porque antes que director deportivo ha sido comentarista y antes que eso jugador, muy importante, del Athletic. Conoce desde hace mucho tiempo a la mayoría de los periodistas que le preguntaban. Lo mismo pasa con el responsable de comunicación que le acompañaba en la mesa. Durante mucho tiempo ha estado en el otro lado de esa mesa. Y es como si todo el mundo se dejara llevar. Como si, de manera incluso inconsciente, estuviera mal visto preguntar algo que fuera a molestar. incluso si estuviera mal visto preparar las ruedas de prensa. Después de escuchar la intervención de Alkorta, creo que muchas de sus dudas, de sus titubeos, de sus miradas al jefe de prensa buscando auxilio se hubieran solucionado preparando la rueda de prensa como lo que se supone que era: Un balance deportivo de la temporada del Athletic Club. Es cierto que hubo alguna consigna pero fue superficial, de esquema escrito en una servilleta cinco minutos antes del acto. Creo, además, que no empezar con una primera declaración institucional, más allá del recuerdo, necesario, a las víctimas de la COVID-19, desenfocó la rueda de prensa y dejó todo el trabajo de organizar y ordenar los temas a los periodistas allí congregados. Y claro, eso es como pedir a John Candy que corra la maratón. La mejor improvisación es la que se prepara, me dijo un compañero de radio hace muchos años. Cuanto mejor lleves preparado un tema, más fácil será improvisar o, incluso, divagar porque si te pierdes, sabes el camino de vuelta. Marcelo Bielsa lo demostraba en cada rueda de prensa que ofrecía.

Bielsa mostró las costuras de una prensa deportiva que vivía, y vive, agarrada al cliché, al tópico, a la pregunta troquelada (no digo que sea la única pero es la que me toca) y sobre todo, vive agarrada a la respuesta troquelada. Hemos oído tantas veces que el fútbol es así, que nos lo hemos creído. Y si algo tiene Bielsa, es que con él se rompió el molde. Él no entendía de lugares comunes. Y ahí la prensa rutinaria sufría. Sufría, incluso, a la hora de escribir las crónicas del mejor Athletic de los últimos años. Algo que para un profesional con nervio era una oportunidad magnífica para disfrutar narrando un fútbol esencialmente bello, para muchos era una tortura. Cada partido era mejor que el anterior pero las crónicas, salvo muy honrosas excepciones, no salían de esos confortables lugares comunes. El huracán Bielsa abandonó Bilbao pero la prensa deportiva, fundamentalmente, se mantuvo intacta. Tras el vendaval, se recolocaron los muebles, se pintaron las paredes y aquí no ha pasado nada. Al otro lado de la mesa, los periodistas, muchos de ellos no habituales por las fechas estivales pero otros sí, iban preguntando casi a tientas, sin nervio, casi por preguntar, con abulia. Conformándose. Sin querer ir un poco más allá. Como he dicho antes, como sin querer molestar. No vaya a ser que alguien se disguste.

Muchos periodistas empiezan su carrera en situaciones como la del otro día: En verano y haciendo periodismo deportivo. Así empecé yo. Así empezaron veteranos que preguntaron a Alkorta el pasado martes. Siempre te dicen cuando empiezas a frecuentar redacciones que el periodismo se aprende ejerciéndolo y, en parte, es verdad. Pero para aprenderlo alguien te tiene que enseñar bien. Alguien te tiene que dar ejemplo. Y cada vez quedan menos y los que quedan, muchos, están desencantados y fuera de forma. Yo tuve suerte de encontrarme, en mis inicios, con periodistas aún con ganas, con ese brillo en la mirada de querer saber más, de los que aprendí lo que pude. Uno de esos maestros me dijo que el periodista tiene que ser curioso, exigente y nunca dejar de cuestionarse las cosas. Y que ser leal nunca puede chocar con ser riguroso. Ese es el mejor ejercicio para tonificar el periodismo. @AstorkizaJoel
