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La caducidad de Setién en el Betis

Quique Setién, en un entrenamiento del Betis.. Kiko Hurtado
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La historia puede tener sus aristas y discrepancias, pero es clara. Ahora mismo, en el Betis siguen confiando en Quique Setién. Es el resumen de todo. Salvo un giro radical en las próximas horas, y no lo parece, el cántabro se sentará en el banquillo en el partido ante el Villarreal. Y hasta en el Sánchez-Pizjuán. La derrota en Anoeta sí ha restado crédito a Setién, que ha convencido desde hace tiempo a Ángel Haro y a José Miguel López Catalán de la idoneidad de aguantar el proyecto, pase lo que pase. Pero ese pase lo que pase ahora sí apunta a tener caducidad. Porque el choque del domingo en el Benito Villamarín se va a convertir en un infierno, un clima irrespirable desde el inicio, casi dando igual el resultado. Una derrota del Betis frente al Villarreal, metido de lleno en la lucha por la permanencia, debería hacer saltar por los aires el proyecto. El adiós definitivo a Europa y a unos sueños, aunque las matemáticas sigan existiendo (a lo que se agarran en el club). Y con el derbi a la vuelta de la esquina. Haro y Catalán aguantan a Setién, que se siente fuerte a pesar de sumar cinco victorias de los últimos 22 partidos. No se descarta incluso que llegase al derbi aunque pierda el domingo.

Haro y López Catalán mantienen, ahora mismo, su confianza en el entrenador y no se descarta que esté en el derbi aunque pierda el domingo ante el Villarreal

Lorenzo Serra Ferrer ocupa un lugar diferente en esta historia. Serra, si por él fuera, ya tendría otro entrenador en el banquillo, lo ha intentado en más de una ocasión, pero el poder deportivo del otro vicepresidente del Betis, como avanzó ElDesmarque en su día, ahora es menor. Haro y Catalán han tomado el mando. Setién, que ha preferido entrenar este viernes en San Sebastián, viajar después y no hacerlo a la inversa, sabe que tiene el apoyo de los máximos dirigentes y no se siente el gran culpable de la situación. Y que le queda un año por delante en su contrato, un proyecto a tres años que ya en el primero tuvo éxitos, pero que va camino de tirar por la borda unos meses después. Aunque su caducidad en el Betis, de momento, no tiene una fecha fija.

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