Musho Messi, poco Betis

Es Messi. Se acabó. Disfrute el que pueda. Es una de las maravillas del mundo y nos ha tocado vivirla. Lionel Messi, uno de los pocos jugadores rivales, sin tener pasado bético (se desconoce si tuviera), que recibe una ovación del Benito Villamarín. Y hasta se escuchó "¡Messi, Messi!". Guarden su partido, uno más. Pero no guarden el del Betis, que dejó mucho que desear a pesar de Messi. Musho Messi, poco Betis. Cómo sería la historia para que mucha gente se fuera a sus casas antes de que Setién hiciera el primer cambio. Así verían el partido. Así estaban viendo las ideas de su entrenador de revolucionar el partido. Entiendo el cabreo, que tu equipo no gane o que haya que despertarse temprano, pero ver a Messi es un premio. Aunque uno reciba muchos goles. El que pueda, que disfrute. El Barcelona es una máquina. El día que Messi quiere, gana. El día que Messi, Suárez y alguno más quieren, golean. Da igual lo que hagas. Pero algo debes hacer. Algo debes cambiar cuando no te va bien. Aunque esté Messi delante. El Betis se la jugó de nuevo al tú a tú y esta vez salió perdiendo. Estaba claro que el Barcelona no iba a dejar los espacios de la primera vuelta, porque Valverde es un gran entrenador y un tío listo. Y también porque es casi imposible empatar un partido ante el Barcelona si Messi está on fire. Quítenle el casi. El argentino apareció donde quiso y cuando quiso. Para jugar, para asistir, para robar... y para marcar. Será del Barcelona, pero ver a esta fiera jugar al fútbol no está pagado. De verdad. Setién apostó por Joaquín y Tello por los carriles con una idea clara: ese juego de toque, demasiado lento, acabara en una banda para un uno contra uno. Joaquín no apareció pero Tello sí tuvo opciones de mérito, que nunca encontraron un rematador. Jesé se quedó a punto por no tener un número más de botas. A Messi no le falta, le sobra. Vaya jugadorazo. Una falta en la frontal que no tuvo que existir por otra acción previa contra Guardado encendió la bombilla del genio. Y también encendió a los béticos, que se temían lo peor. Y así fue. Es mejor un penalti que una falta si está Messi delante. Miren también dónde colocó Messi la pelota, varios metros atrás, para ganar espacio. Pau López no supo si ir a la izquierda, a la derecha o quedarse en el centro. Y entró por la derecha. Golazo de un genio. Luego hubo otra falta casi calcada que sí detuvo Pau, aunque ya el miedo estaba metido en el cuerpo. Guardado se jugó la expulsión pero sólo con entradas fuertes podía robar el Betis la pelota y crear peligro a la contra. Sólo entendieron ese otro fútbol el mexicano y Sidnei, muy pocos para evitar la derrota. Luis Suárez perdonó el 0-2 poco antes de que Messi, con la grada pidiendo más tiempo de prolongación, firmase el segundo. Y no sé cuántos goles ha marcado ya Messi al Betis. En la foto salen William Carvalho por su pérdida y la candidez de Mandi, que no apretó. Pero ante este genio hay muchas excusas.
Sin soluciones
El descanso no varió la película. El Barcelona estaba en plan aquí gano yo y se acabó. Tampoco el Betis hizo mucho por firmar una heroica. Tampoco hizo Setién (nada) para que firmara otro día grande en su carrera. Esos que aparecen cuando uno quiere o interesa. Messi estaba sobre el césped y no hay más historias. Suárez volvió a fallar una ocasión clarísima pero tres ya no. El uruguayo arrancó en el centro del campo, se fue de uno, de otro y de 500 si hacía falta. Un pasillo hasta el área. Pase usted, señor Suárez. Y ya Pau no pudo hacer nada. Golazo. Otro golazo. Setién, por fin, ya para nada, se decidió a hacer los cambios. Con 0-3, Lainez y Emerson al campo. El mexicano fue el foco del rival, mucha intensidad. El Barcelona sesteó y el Betis empezó a encontrar algún hueco. Salió Loren y en su primer disparo metió la pelota por la escuadra. Buen gol, pero demasiado tarde. Siempre queda tiempo cuando Messi juega. Faltaba el colofón. Qué maravilla de gol, por favor. Cómo sería para levantar de sus asientos a más de medio estadio. Qué hambre tiene, cómo peleó una pelota en el 92 para que no saliera de fondo. O remató al palo en el último segundo. Esta vez le tocó al Betis, que no se puede quedar en el partidazo del mejor de la historia. Porque Europa no entiende de nombres ni rivales. Y el Betis de Setién, para volver a Europa, necesita mejorar. Mucho. Y ojo, que los buenos no están tan bien.