El sueño no era real

El alma duele, como ha dolido otras muchas noches en la historia del Betis. Duele porque esta vez era diferente, esta vez las puertas del Benito Villamarín se abrirán al mundo y no estará su dueño. Así es el fútbol, así es el Betis. Fue en Valencia, que pasará a ser un estadio negro para los béticos. El día en el que muchos sueños se apagaron. El día que el equipo se quedó sin soluciones cuando estaba todo perdido. Y ahí las miradas van otra vez a Quique Setién. Pero también un día menos para volver a ver al Betis peleando por cosas bonitas si hay cambios de verdad. Porque 14 años sin luchar por una final es mucho tiempo. Muchísimo para un club como el Betis. Muchísimo tiempo para los béticos. Pero aún falta para que llegue ese gran día. Como el Getafe de Bordalás forme un lío el domingo... Fue en Valencia, rodeado de 3.000 almas béticas. Mestalla se vistió una parte de verdiblanca por unas horas donde el corazón latió muy fuerte. Mucho más que un sentimiento, un escudo, una bandera, mucho más que todo eso, más allá de la frontera. Siempre habrá alguien que diga viva el Betis manquepierda. El aliento del tercer anillo, con Rafa Serna ahora como capitán, no fue suficiente. Porque los jugadores no marcaron y el entrenador desapareció cuando más falta hacía que apareciera. Así es imposible. El grito de Joaquín, el gran capitán del Betis, tampoco fue suficiente. El Valencia aprovechó un fallo en la segunda parte para comprar el billete a Sevilla. Otra vez al Villamarín, donde no estará el Betis de Setién. El técnico parece que está echando un pulso a Lorenzo Serra Ferrer, con Emerson en la grada, Francis en la banda izquierda, Lainez sin jugar y Tello para los últimos minutos. Y el remate con Feddal de delantero. Pero el Betis no rompió su sueño en Mestalla, ya iba muy tocado desde la ida. Otro día no hubo soluciones desde el banquillo cuando más se esperaban. El Betis se puso el traje de los días grandes para mandar un aviso al Valencia. Diría incluso que estuvo mejor que en la ida porque controló mejor el partido y asustó varias veces al rival. Siempre pendiente de no perder el balón en zona peligrosa, ahí llegaba el único peligro del Valencia. Joaquín probó a Jaume y Sidnei cortó una clara acción de Rodrigo, pero hubo una acción que molestó al Betis y que pasó muy desapercibida. Paulista despejó y en su despeje se llevó después por delante la cabeza de Lo Celso. Señal de guerra, posible penalti. González González dejó seguir sin pensar. Quien no se lo piensa es Jesé, que estuvo en todos sitios e inquietó a la defensa valencianista. Y asustó a Jaume con un disparo de primeras que acabó en córner. Y de ese córner se olió el 0-1, pero el cabezazo de Mandi se marchó por poco. La grada bética ya estaba con los brazos en alto celebrando el gol. Porque el Betis, aunque muchos no se lo creyeran, estaba siendo mejor que el Valencia, que sentía más presión de la debida.
Decepción
Pero tras el descanso la historia cambió. Casi sin querer, el Valencia metió un gol tras una cadena de fallos del Betis. Bartra salió mal y Mandi se quedó cinco metros para evitar el fuera de juego. Entre Gameiro y Rodrigo se fabricaron el gol. Un golpe muy duro para el Betis, que a partir de ahí empezó a no levantar cabeza. Tampoco se hizo mucho desde el banquillo para levantarla. Porque el Betis siguió a su ritmo, tranquilo, cuando el partido necesitaba un acelerón. El Betis tenía que hacer dos goles, ahora daba más igual que el Valencia marcara el segundo. Entró Loren y Tello ya muy tarde. Había que meter el balón en el área del Valencia. El marbellí rozó el empate con un cabezazo y el último paso fue meter a Feddal a lo Alexanco. A la desesperada, era la solución de Setién. Pero el sueño se fue apagando. Canales tiró, Jaume paró y el arreón final fue para nada. Adiós a la Copa. Adiós a la final. Adiós a muchas ilusiones. Un golpe doloroso sobre todo tras el KO europeo. Ahora todo queda a una carta: o hay cuarto puesto en LaLiga o habrá cambios en verano. Porque en los días de verdad el Betis no ha tenido soluciones. El día del todo o nada ha sido nada. Y el Betis se merece el todo alguna vez.