Vaya palo, vaya vergüenza

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Los jugadores del Betis, tras un gol del Rennes.. Kiko Hurtado
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Tenía que pasar. Y pasó. Vaya si pasó. Un drama en Heliópolis. Porque no se puede jugar siempre en el alambre. Así, tarde o temprano, te caes. No siempre te suena la flauta o te aparece la suerte. Esta vez no. Esta vez el Betis dice adiós a Europa por la puerta de atrás. Parecía impensable, fue posible. Y hasta bebió al final de su propia medicina. Un castigo inesperado pero muy doloroso. Y apaga una luz para los próximos días. O hay éxtasis en Mestalla o la temporada se va a hacer muy larga. Muy larga. Porque el Betis dijo adiós ante un equipo vulgar, pero que le ha metido seis goles en dos partidos. Por dar vida allí y aquí y quedarte sin fuelle ni ideas cuando la hora lo merecía. Adiós a la Europa League, vaya oportunidad perdida. Vaya forma de tirar un sueño. Parecerá cansino pero este Betis es así. Es increíble cómo puede tirarse al callejón en muchos inicios de partido. Digo yo que alguien, o más de uno, tendrá la culpa de que el Rennes pareciera el PSG. Ese coladero defensivo, que no es nuevo, es de vergüenza. Y como es de vergüenza, el Betis tuvo que dejar el toquecito barato para ser vertical en busca de la remontada. Así es como este Betis suele ganar sus partidos. Entre Bensebaini y Hunou pusieron un 0-2 crítico en el Villamarín. Otra vez a remar, otra vez a confiar en que los buenos sacaran los pies del tiesto. Pero defender así un córner y una jugada lateral no está a la altura de un equipo de élite. Con esos fallos puedes tirar una temporada en apenas siete días. Porque era el Rennes, otro te deja muerto en la primera parte. Aún así, el Betis se condenó a lograr la heorica. Jesé quería pero no podía y Canales parecía cansado. Una imagen extraña con el cántabro, espectacular todo el año. Pero no. Jesé encontró a Canales y llegó el pase perfecto a Lo Celso. Ese 1-2 antes del descanso era oro para lo negro que se había puesto la noche en Heliópolis. Y pudo ser mejor con un disparo de Jesé que se fue por alto.

Un imposible

Ese gol pareció indicar el camino de la remontada tras el descanso. Pero qué va. Mira que Jesé lo intentó hasta que fue sustituido y Setién se llevó la bronca. Ni un buen centro, ni un buen tiro. Y en la recta final nada de nada. Con el Rennes dejando autopistas, Lo Celso y Canales no tuvieron sus arrancadas mágicas, atrás había muchos nervios y menos mal que el Rennes no apretó más. Tampoco lo necesitó. El Betis se fue apagando poco a poco, el Rennes tocaba hasta la pelota y se cantaban olés en la grada francesa. El gol de Niang en el último segundo fue la señal de que un día, tarde o temprano, tenía que llegar. Y llegó. Apunten este jueves 21 de febrero. A lo mejor los béticos apuntarán dentro de una semana el Día de Andalucía, pero este jueves, el Betis ha firmado una de las noches más negras de su historia reciente. Vaya palo, vaya vergüenza.