Setién y la élite

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Quique Setién y Marc Bartra, en la previa del partido ante el Milan.. Kiko Hurtado
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Vayamos por partes: el partido del Betis ante el Milan es lo primero en lo que tienen que pensar los béticos. En ganarlo, por supuesto. Y después en el Barcelona. Lo demás es secundario. Como todo lo que diga Quique Setién antes y después de cada partido. Aunque haya montado un lío tremendo antes del Milan. Eso de que sea una fiesta lo veremos después del pitido final.

 Quique Setién y Marc Bartra, en la previa del partido ante el Milan.

Primero, me cuesta entender que el técnico del Betis hablase sobre un partido que no era el más inmediato. No se suele hacer, pero cada uno hace lo que cree oportuno. El Barcelona de Lionel Messi aún está lejos, pero da glamour hablar de él. Y así pueden ver fuera de Sevilla, donde sí parece que se elogia al Betis de Setién, lo importante que es la idea. Que vaya el 14 en LaLiga Santander es lo de menos. Como diría aquel, lo importante es participar.

"Setién dice que algunas informaciones van con mala fe. A lo mejor debería escuchar sus palabras, si están sacadas o no de contexto"

No habría que dar muchas explicaciones, pero las palabras de Setién, esas palabras sobre Bartra, son noticia. Y como profesional de este mundo, entiendo que tienen su valor. Que el bético debe conocerlas. Pero Setién ha metido la pata hasta el fondo. Entiendo que Bartra no ha jugado bien los dos últimos partidos. Más mal que bien, también tengo cierta capacidad para hacer un análisis del internacional español. No a la altura de Setién, pero un poco sí. Como también veo bien que el entrenador intente motivar a su jugador para que mejore. He aquí el problema cuando todo esto se hace público, en Barcelona, como si nadie fuera a escuchar. Y claro que escuchamos, leemos, escribimos y opinamos. Hay más de fondo: el Betis, como club, parece un cero la izquierda. Exigencia, aunque sólo sea un poquito. Y ahora llega otra cuestión: Setién dice que algunas informaciones van con mala fe. A lo mejor debería escuchar sus palabras, si están sacadas o no de contexto. Porque el revuelo montado no es uno sin más. Y cuando intenta apagar el fuego lo que hace es provocar un incendio mayor: ¿por qué el Betis no puede ser de élite? ¿Por qué el Betis no puede llegar en algún momento al nivel, por ejemplo, del Borussia Dortmund? A lo mejor se queda por el camino, pero si la exigencia inicial es cero, mal asunto.

"¿Por qué el Betis no puede ser de élite? ¿Por qué el Betis no puede llegar en algún momento al nivel, por ejemplo, del Borussia Dortmund?"

Todos, digo yo, queremos mejorar siempre. Al menos es lo que me enseñaron desde pequeñito. Sin pisar a nadie, pero llegar lo más alto posible. Yo quiero que mi empresa sea la mejor y no me quedaría tranquilo al ver cómo otras empresas, periodísticas en este caso, triunfan y yo no puedo hacer nada. Yo quiero haber logrado el día de mi retirada los mayores éxitos profesionales. Que no me recuerden sólo por lo bien que escribía, por ejemplo. Lo que me extraña es que en el Betis, como club, esté todo tranquilo. La afición, una parte, parece que sí se ha molestado. Ese crecimiento necesita exigencia, ese salto para ser de élite muchos años necesita hambre. Esa necesidad de lograr los objetivos necesita, valga la redundancia, ganar muchos partidos. A lo mejor el primer paso podría ser que Setién hiciera como Mourinho en el Madrid: que hablara su segundo. Bueno, mejor no.