El hombre cuatricentenario

Así vivimos el Sevilla-Las Palmas
Así narró Jorge Liaño el gol de Navas frente a Las Palmas
El hombre cuatricentenario, Jesús Navas, desatascó para el Sevilla un partido complicado, en el que el equipo nervionense logró un triunfo que vale doble, o triple. Porque sumó tres puntos más, venció al rival y venció a Vitolo, el protagonista del partido en los prolegómenos, porque dentro del campo habría pasado desapercibido si no llega a ser por los pitos recibidos. Terminó siendo el protagonista el que quizás también mereciera serlo en la previa, Navas. Son 400 partidos oficiales los que ha jugado el palaciego con el Sevilla, y quién sabe cuántos los que ha desatascado desde su banda derecha. Casi siempre con asistencias, este miércoles con un pase que se convirtió en gol, en parábola y en tres puntos. Es Navas un jugador insistente donde los haya. Y es el Sevilla un equipo insistente. Todavía no con demasiada claridad, pero sí con eficacia. Golito a golito, victoria a victoria se coloca ya arriba, y evolucionando poco a poco.Controla y controla la pelota, la toca y la toca, y a través de ese control apenas sufre. Como ocurrió ante el equipo canario. Tuvo mejores momentos ante Las Palmas, aunque con poca continuidad. Quizás eso y elevar algo más el ritmo del encuentro sean deberes que tiene que hacer el equipo de Berizzo. Pero de momento el Sevilla es un rodillo. Si no en juego, con el que va evolucionando poco a poco, sí en resultados. Cuatro victorias consecutivas, invicto por ahora y 13 puntos sumados que lo colocan segundo en solitario en la clasificación a la estela del Barcelona. El Sevilla dibuja y siluetea una idea de fútbol que aún no completa, aunque va rellenando poco a poco; mientras gana ritmo, mientras gana brillo, genera eficacia y controlLas intenciones del Sevilla suelen ser buenas de entrada. Y ante la UD Las Palmas se expusieron sobre el césped pronto, quizás con más fortaleza que en encuentros anteriores. Fueron buenos los primeros minutos, con presión alta, intensa y muy arriba, con llegadas continuas y con remates. Hubo uno de Ben Yedder, desde el suelo, que fue el más claro. Es verdad que tampoco Chichizola tuvo que intervenir de manera decisiva, pero sí que el equipo sevillista, con Ganso y Krohn Dehli bastante activos, dominaba, robaba y se aproximaba al área rival. Ese dominio permitió además que Las Palmas estuviera más atento a lo le llegaba que a atacar. Arriba, Vitolo, que sufrió en sus carnes a las primeras de cambio su regreso a Nervión, anduvo bastante desaparecido y temeroso. Apenas encaraba. Fue creciendo poco a poco el equipo canario con la posesión de Tana y Viera, y también cuando el Sevilla bajó algo el listón de la presión pasando los minutos. De todo lo que había apuntado el Sevilla de inicio, poco aguantó hasta el descanso. Si acaso también el buen nivel de Kjaer, que se peleó con Calleri, y Escudero, de los mejores del equipo. Correa estuvo errado en sus decisiones y Navas cada vez que la cogía se enfrentaba a dos o tres futbolistas. Mercado apenas subía. De nuevo en la segunda mitad empezó bien el Sevilla, intenso, aplicado, más preciso. Y de nuevo Ben Yedder gozó de una ocasión, esta vez clarísima, merced a la fe y la pelea de Navas, que le sirvió un balón en el área tras robarlo. El francés falló ese tipo de ocasión que siempre mete. Pero de nuevo se fue difuminando el Sevilla. Esa continuidad y ese ritmo en ataque costaba mantenerlo a ciertos jugadores, ya fuera por sus propios errores, como un nefasto Correa, ya fuera por el físico, como Ganso. Este fue sustituido por Vázquez, que además de frescura podía otorgar cierta conducción y manejo de la pelota. Aquel por Sarabia. Y el último en el carrusel de cambios fue Banega, por Krohn Dehli. Fue curioso el manejo de los cambios de Berizzo, que dejaba a Muriel en el banquillo, justo días después de haber roto su mal fario con el gol.Berizzo apostó por el centro del cambio con los cambios, en lugar del remate, y al final llegó el gol en una de las jugadas más repetidas, un centro de NavasLos cambios, eso sí, todos de centrocampistas, otorgaron al Sevilla un mayor control de la pelota. Quizás algo falto de remate, porque cuando Navas por la derecha, o Escudero y Sarabia por la izquierda metían balones al área, apenas aparecían jugadores en zonas de remate en primera línea. Solo Ben Yedder, pero nadie sorprendiendo al segundo palo. Fue paradójico el partido, como lo es el fútbol. Paradójico y parabólico. Porque el equipo nervionense, al que le birlaron un fuera de juego en una clara ocasión de Ben Yedder, llegaba con cierta insistencia, con más insistencia que claridad. Y por esa insistencia de hecho superó por fin el Sevilla a una UD Las Palmas absolutamente atrincherada en la segunda mitad. En quizás la jugada más repetida del partido, Navas ante su par, o ante dos rivales, llegó el tanto. Sacó el de Los Palacios, que cumplía 400 partidos, un nuevo centro más, que rozó levemente en el defensa para colarse en parábola, de arriba abajo y por encima de Chichizola, en la portería. El gol, si bien no premiaba un gran fútbol, sí premiaba una mayor ambición y una mejor intención. Si alguien merecía ganar el partido, ese era el Sevilla, y lo ganó. Y se lo merecía Navas en sus 400 partidos, y lo marcó.
Todos los resultados en resultados.eldesmarque.com