Castigo a la temeridad
Así vivimos el Sevilla-Espanyol
Galería de imágenes del Sevilla-Espanyol
Escucha los goles del Sevilla-Espanyol
La filosofía es bonita, esa de contar con todos, esa de rotar, de repartir minutos. Pero, como todo, hay que llevarla a la práctica con sentido común, con lógica. Porque en un equipo de fútbol no todos son iguales, los hay mejores, peores, más competitivos, menos, útiles y menos útiles. Eduardo Berizzo fue más filosófico que lógico en su debut en la Liga con el Sevilla. Tiró de forma desmesurada de rotaciones, no atinó con la combinación de jugadores, sobre todo en el centro del campo, y dispuso un Sevilla que poco tenía que ver con el visto en la pretemporada. Esa soberbia, esa falta de respeto al rival y al mismo debut en la Liga, costó caro, y pudo costar más caro aún. Empató el Sevilla ante el Espanyol y decepcionó en su estreno en casa. La filosofía que quiere implantar el Toto Berizzo es loable, y probablemente útil y acertada a la larga. Contar con amplitud de plantilla, enganchar a cuantos más jugadores mejor... es un buen planteamiento en el manejo del equipo y de la plantilla, y además es una idea que tiene muy asentada el argentino, solo hay que ver su trayectoria en el Celta. Pero tener esa idea está bien y radicalizarla, no tanto. Ante el Espanyol, el entrenador revolucionó el once. Nueve cambios, incluido el portero, que ofrecieron una cara del Sevilla bastante más inestable y poco competitiva que la ofrecida hasta el momento en pretemporada y en Estambul en la ida de la previa de la Liga de Campeones. Tantos cambios convirtieron al Sevilla en otro equipo con otra cara. Sobre todo en el centro del campo. La inclusión de Borja Lasso y Ganso en la medular restaron competitividad al conjunto sevillista. Tardó 3 minutos el canterano en ofrecer su peor cara perdiendo un balón que no costó un gol, pero sí una lesión por evitarlo, la de David Soria, que tuvo que ser sustituido por un problema en la mano. La pareja formada por Borja Lasso y Ganso en el centro del campo naufragó prácticamente desde el primer minuto, y el mejor Sevilla apareció, obvio, cuando Banega entró en el campoDesgraciadamente, no fue su único fallo, porque en su debut está bien que tuviera desparpajo y atrevimiento Lasso, pero le faltó el reverso de la moneda, el sacrificio, el retorno tras la pérdida. Ahí le queda mucho, mucho por recorrer para ser jugador de Primera división. Y si juega con Ganso al lado, una auténtica maratón deberá completar. Por el centro del campo hizo aguas el Sevilla en la primera mitad, porque a las pérdidas de Lasso se sumaron las de Ganso y la de N'Zonzi, sin ir más lejos la del 1-1, absolutamente negligente el francés.Entre un mal inicio y un mal final de la primera mitad, el Sevilla encontró algo de paz con la pelota durante unos 20 minutos en los que tuvo tres claras ocasiones, de Muriel y de Nolito. Y además encontró el gol en un saque de esquina del sanluqueño que metió, entre polémica, Lenglet. Aparecieron en esos minutos Navas, Sarabia desde el lateral, algo Nolito... pero no bastaba, la sala de máquinas estaba anulada y el Espanyol solo esperaba la pérdida, el robo y el espacio. Así se fabricó su golazo Baptistao para empatar. No funcionaba el Sevilla en lo más importante, y Banega empezó a calentar. No quiso Berizzo retirar de inmediato a Lasso, ni tampoco a Ganso. Y el Sevilla lo pagó. Porque el inicio de la segunda parte fue horrible por parte nervionense. Más balones perdidos, falta de conexión con los hombres de ataque y un plan sin dibujo, haciendo aguas. El Espanyol volvió a crecerse, a jugar cómodo y a incomodar y crear peligro. Y duró esa tónica hasta que por fin salió al campo Banega, por el canterano. Estaba cantada la necesidad que tenía el Sevilla, como cantado que con el argentino en el campo la versión mejoraría. Con el argentino y con Jesús Navas, porque a lomos del nuevo 16 del Sevilla el partido fue invirtiendo la tendencia hasta generar peligro. Las tuvo de nuevo Muriel, que estrelló un balón en el poste y otros dos en Pau, de nuevo. En la segunda parte, el Sevilla disfrutó de varias ocasiones, palo incluido, casi todas de Muriel, que lo hacía casi todo bien menos marcarCuando el Sevilla más arriba se iba, cuando más cerca parecía que podía estar de un segundo gol, el de la victoria, se rompió el encuentro y se acabó para el equipo de Berizzo, pues a 10 minutos del final fue expulsado Banega en una doble protesta que dejó al equipo huérfano de sentido y de fútbol. Poco más pasó en un accidentado final del partido ya sin ocasiones. Un debut en la Liga bastante decepcionante y un tanto inexplicable, porque aunque razones habrá, Berizzo traslada un mensaje de mayor sentido común al mostrado con su alineación y planteamiento ante el Espanyol. Debería aprender de los errores, porque los tuvo, y groseros, en su primer encuentro oficial en el Sánchez Pizjuán.
Todos los resultados en resultados.eldesmarque.com
