Europa espera al Sevilla, el Sevilla espera a Europa

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Vitolo junto a Rafael mientras este conduce la pelota en Lyon entre la niebla.
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El Sevilla estará seis años después en los octavos de final de la Liga de Campeones, esto es, entre los 16 mejores equipos de Europa. Lo hizo en un partido trabajado, sufrido, sin brillo, pero con oficio. Logró volverse de Lyon con el empate a cero, y le habría valido hasta la derrota por la mínima. Y llega el Sevilla a los octavos de final de la máxima competición de clubes con un papel destacado, con 11 puntos, ni más ni menos, sin haber perdido ni un encuentro a domicilio y solo habiendo perdido ante la Juventus. Europa espera al Sevilla, y el Sevilla espera a Europa.    Y cuando el objetivo se cumple, bien hecho está el trabajo. Por mucho que la primera parte fuera pobre, incluso equivocada en algunas fases. Pero el Sevilla actuó de forma inteligente, jugó con el marcador, con los minutos, con el rival. Y acabó jugando la segunda parte incluso con suficiencia, con calma y sabiéndose en el bombo, en el que estará con todo merecimiento. Sampaoli planteó un partido más defensivo, más sufrido, jugando con el tiempo, con la cuenta atrás del rival y muchas veces renunciando al ataque, pero con los minutos el equipo fue creciendo y acabó muy cómodo en el encuentroEl dato de la posesión de la primera parte, 63%-37%, ilustraba claramente el papel del Sevilla en la primera mitad, el papel a contraestilo, pues el equipo nervionense fue absolutamente infiel a su filosofía. Ni salió al ataque, de hecho salió sin delanteros, ni salió a jugar la pelota, ni salió a someter al rival. Más bien al contrario. Salió a encerrarse, a defenderse por acumulación de futbolistas y a intentar cazar alguna contra que generara alguna ocasión arriba. Para ello utilizó Sampaoli de nuevo a Vitolo como hombre más adelantado. Ya lo hizo ante la Juventus, pero entonces estaba con 10 y la necesidad obligaba. El caso es que el conjunto hispalense sufrió, aunque bien pudo cambiar la cosa por la vista gorda que hizo Eriksson ante un evidente penalti a Vitolo. El canario fue el artífice de las dos llegadas sevillistas, y eso es cierto, claras. Una terminó en el palo y otra fue penalti, aunque no pitado. Ese fue el balance ofensivo del Sevilla hasta el descanso, pero el del Lyon no fue nimio. De hecho, bien pudo adelantarse el conjunto francés con un disparo de Valbuena a los dos minutos (espectacular réplica de Rico) y luego con dos remates que encontraron la madera, de Tolisso y de Valbuena de nuevo. Para que no faltara de nada, también reclamaron los locales un penalti de Mariano al mediapunta francés. Tras el descanso, Nasri y sobre todo N'Zonzi tomaron las riendas del Sevilla y en definitiva del partido; los dos franceses dieron aire y equilibrio a su equipoEl caso es que el Sevilla fue sometido. Por posesión, por control, por ocasiones y por intensidad. No es que el Sevilla no lo fuera, intentaba demostrarlo en cada acción, pero se mostró más inseguro, más dubitativo, y salvo Vitolo no encontró referencias, porque robaba poco, lo hacía muy atrás y Nasri participaba a un ritmo tan bajo que no daba aire al equipo. Mejoró el Sevilla tras el descanso, sobre todo porque el encuentro ya tenía más alternativas y no era solo propiedad del Lyon. El conjunto de Sampaoli, aunque no pisaba apenas el área contraria, sí que alargaba ya las posesiones. Nasri empezó a aparecer más conforme el partido del ritmo bajaba y Rico veía la pelota más lejos de su área. No quería decir todo ello que el partido se volteara, pero sí se equilibró. Debió notar Sampaoli esa dinámica cambiante del partido, esa intensidad más baja del equipo local y quiso cambiar definitivamente el duelo, al menos en lo que correspondía al Sevilla, con hombre y disposición, pues entró Ben Yedder por un Sarabia tan voluntarioso como desacertado. Y lo cierto es que el encuentro cambió. El Sevilla no llevaba peligro al área contraria. Es más, a veces parecía fabricar un rondo eterno en un campo redondo, en lo que daba tan igual pasarla hacia adelante como hacia atrás. Además, empezó a destacar sobre el resto en la faceta del robo N'Zonzi, que junto con Iborra, al cruce y en coberturas, consiguieron cortocircuitar el ritmo galo. A todo ello se le unió el llamativo bajón físico del Lyon, que en la segunda parte no pudo dar respuesta al orden sevillista. Con los minutos el Sevilla empezó a oler la desazón francesa y entonces ya sí se hizo dueño del partido. El Olympique trataba de tirar de orgullo, atacar, agotar sus opciones, pero ya defendía el equipo de Sampaoli con una seguridad inexistente en la primera mitad. Por tener, tuvo incluso el Sevilla alguna contra peligrosa con la que matar el partido, para entonces estaba ya en el bolsillo la clasificación. Una clasificación que coloca al Sevilla en el gran mapa de la Champions, de forma merecida. La gran Europa se merece tener al campeón de la Liga Europa.   Todos los resultados en resultados.eldesmarque.com