Mágico Nervión
Así vivimos el Sevilla-Basilea
Galería de fotos del Sevilla-Basilea
Se acerca la primavera, se acercan las grandes fiestas de la ciudad, el azahar ya perfuma las calles de la capital hispalense, las túnicas están planchadas y ya el Sevilla asoma por la Gran Europa, esa de los elegidos. Como cada año, en este caso por tercero consecutivo, el equipo nervionense ha certificado su pase a los cuartos de final de la Europa League, algo ya casi tan tradicional en la última década como un Domingo de Ramos o un Lunes de Feria. Se aproximan ambas fechas y se aproximan los cuartos de final, que se sortean este viernes y por supuesto con el papel del Sevilla en el bombo. Faltaría más. Un día más, en realidad una noche más, el Ramón Sánchez Pizjuán vivió otra de esas noches repletas de magia, de sensaciones y llevó en volandas a su equipo hasta la siguiente ronda. No será el Basilea seguramente el rival más complicado que se haya encontrado ni que se vaya a encontrar el equipo nervionense, pero también es cierto que el empate a cero de la ida era hasta cierto punto peligroso. Pero claro, para el Sevilla, que se mueve en esta competición como si fuese suya, y en realidad es más suya que de nadie, los peligros se atenúan cuando la maquinaria del Sánchez Pizjuán se pone en marcha. El idilio que sigue viviendo el equipo hispalense en este torneo tiene mucho que ver con el ambiente que se crea en el coliseo blanquirrojo, pero también tiene mucho que ver con la forma de afrontar los partidos, con la forma de vivirlos, en la grada y en el campo. Y en eso el Sevilla es el gran ejemplo. Saltó ante el Basilea como debía. Concentrado, paciente, seguro, confiado, serio, firme, vencedor. Y por eso lleva este Sevilla 17 victorias seguidas en Nervión y por eso lleva el Sevilla 11 victorias seguidas en la Europa League en casa. En la Europa League el Sevilla se las sabe todas, el cuándo, el cómo y el porqué; se sabe hasta los surcos de la Copa, que para eso es el tetracampeónPorque en la Europa League el Sevilla se las sabe todas. La deletrea de memoria, se sabe los tiempos, las reacciones arbitrales, los momentos, las circunstancias, se sabe los bajones del rival, se sabe cuándo apretar, cuándo bajar el pistón. Se las sabe todas porque para eso es el que conoce a la perfección el metal de la Copa, el surco de la plata y el peso del trofeo. Porque es tetracampeón y como tetracampeón y actual poseedor del título vende caras sus derrotas y venderá cara, muy cara, su piel en el Viejo Continente. Y si es en el Sánchez Pizjuán, más aún. Porque en Nervión reside la magia. De toda la Europa futbolística es donde más se muestra. Y ante el Basilea no fue diferente.
Victoria de manual... europeo
Con la grada enchufada, cantando desde 10 minutos antes del partido, el equipo ya tenía una parte de los prolegómenos del partido completada. Luego bastó con que los Unai Emery siguieran con su manual continental. Ese que tiene grabado en la cabeza. Jugó intenso, incluso con el resultado ya a favor, apretando mucho la salida de la pelota del Basilea, donde más sufre el equipo suizo. Y robó y puso en aprietos a su rival en varias ocasiones. De hecho en la primera media hora del partido tuvo varias, aunque no las aprovechó. El Sevilla volvió a jugar serio, intenso, con confianza, que no confiado, desde el primer minuto; en eso reside también la magia de Nervión, en la actitud eterna del equipoSin ser un vendaval, lo cierto es que el Sevilla dominaba a su contrincante con cierta comodidad, no sufría en defensa (salvo un remate involuntario de Iborra que sacó de forma espectacular David Soria) porque el conjunto suizo acumulaba muchos efectivos atrás, jugaba en campo contrario y llegaba con cierta asiduidad. Con todo, el gol tardaba en llegar y eso, con un resultado peligroso como el 0-0, siempre generaba incertidumbre. Por eso el tanto de Rami fue tan liberador. Y además, de saque de esquina, una asignatura pendiente de los de Emery. El francés se zafó de su marcador y con un remate poco ortodoxo abrió la lata suiza. Y a partir de ahí el partido y la eliminatoria se rompieron, y todos los pedazos cayeron encima del Basilea. En el minuto 43 una gran jugada de Reyes la remató a placer Gameiro, que hizo doblete apenas un minuto después en un regalo en defensa al que Krohn Dehli supo sacarle todo el jugo posible para que de nuevo el francés goleara y firmara un minuto mágico, como las noches europeas, del Sevilla y del delantero. Con 3-0 y con pie y medio en los cuartos de final se presentó el Sevilla en el campo tras el descanso. Y gustó ver cómo el conjunto hispalense siguió apretando, siguió imponiéndose a su rival, siguió presionando y siguió respondiendo a un alto nivel. Tuvo la mala fortuna de nuevo de perder a un nuevo jugador por lesión, otro de los muy valiosos, Krohn Dehli, a la espera de pruebas. Pero también pudo Emery, con la eliminatoria decidida, darle minutos a Krychowiak, que reapareció, a Llorente, que dio descanso a un portentoso Gameiro. Y pudieron los aficionados del Sevilla volver a disfrutar, y mucho, en la grada. Cantaron, saltaron y se felicitaron en una nueva fiesta, en una nueva velada, en una nueva noche mágica, en una nueva noche de Nervión, esas que acaban... con otra noche más en Nervión, como la que se ha asegurado en los cuartos de final de la Europa League.
