Media salvación en el bolsillo

El Betis tiene más de media salvación en el bolsillo, después de ganar al Granada con justicia en un partido en el que jugó en inferioridad numérica por la expulsión de Vargas, desde el minuto 55. Sin embargo, los de Merino tiraron de garra y espíritu para leer bien el encuentro y acabar llevándose tres puntos importantísimos, sumando ya 34, ante un rival que no fue nunca de verdad a por el partido al tener superioridad numérica.  Apostó Merino por el mismo once que ante el Espanyol, pero el Betis no carburó. El Granada, con superioridad en el centro del campo, con Rubén Pérez, Doucure y Rochina, tuvo más pelota ante un conjunto verdiblanco demasiado estático e incapaz de llevar la manija y circular la pelota, por lo que apenas creó peligro sobre la portería de Andrés Fernández. Tampoco generó ocasiones claras el equipo de José González, pero sí tuvo más el control del juego y llegó más, de ahí que antes de la media hora Merino moviera el banquillo.La entrada de Molina dotó al Betis de más mordiente tras salir muy estático y sin tener el control del juegoAl técnico linense no le gustó el juego de su equipo y dio entrada a Molina por un desacertado Cejudo. El de Alcoy aguantó la pelota, cayó a banda y eso lo aprovechó Musonda, que dejó algún detalle de su calidad en acciones por la banda derecha, aunque sin encontrar rematador. Los verdiblancos, pese a los problemas en la creación, sí llegaron más y fue, precisamente, Molina el que tuvo la oportunidad más clara para los anfitriones para haber abierto el marcador, tras girarse ante Ricardo Costa y rematar, pero su disparo lo detuvo el meta granadino. Ahí murió una primera parte con poco fútbol y por momentos aburrida en la que tampoco faltó la polémica, pues la afición bética reclamó penalti por un empujón en un salto entre Ricardo Costa y Pezzella, en un córner, pero Iglesias Villanueva no decretó nada.Pese a la roja de Vargas, el equipo bético saca partida al balón parado para llevarse un merecido triunfoEn la reanudación, el Betis pareció salir con una marcha más, pero se le complicó el partido con la expulsión de Vargas, que arriesgó demasiado teniendo ya amarilla. Ante esta situación, Merino se vio obligado a dar entrada a Petros, que se puso de lateral izquierdo, Musonda pasó al centro del campo y Joaquín y Rubén, en las bandas. El Granada tuvo la pelota y Barral dispuso de una clara ocasión para marcar, pero su remate lo sacó Adán con una gran parada. Los nazaríes siguieron controlando el balón, pero generando poco peligro, mientras que los verdiblancos intentaban crear peligro al contraataque. Entonces, el partido entró en una fase de continuas faltas por ambos equipos que obligó a Iglesias Villanueva a sacar una amarilla detrás de otra, para desesperación de la afición bética con el arbitraje de Iglesias Villanueva. Llegó abierto el partido al tramo final y ahí apareció el Betis para marcar en un saque de esquina botado por Joaquín que remató N’Diaye al fondo de la red con un buen cabezazo. Fue, entonces, cuando tras el gol, el Granada dio de verdad un paso al frente, pero el equipo verdiblanco, con el calor de su hinchada, defendió con mucho orden y pudo incluso matar el encuentro en una contra de Joaquín, pero el portuense no culminó su cabalgada con el gol. Sin embargo, sí lo hizo en la prolongación por medio de Rubén, que marcó de falta en una acción que acabó con la expulsión de Andrés Fernández. Justo premio para un Betis que dio la cara con uno menos y dio un paso muy importante de cara a la salvación.