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Ni una victoria para endulzar la eliminación

Mina felicita a Negredo por el 1-0.). David González
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El Valencia empató, no aplacó la negativa racha de resultados que le acompaña y no salvó la honrilla. Ante un Mestalla prácticamente vacío -16.000 espectadores- el conjunto valencianista, plagado de canteranos, fue incapaz de sumar una victoria en el desagradable trámite en el que se había convertido el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey tras el 7-0 de la ida.  Un gol de Negredo en las postrimerías del primer tiempo puso en ventaja a los de Mestalla que vieron como, a dos minutos del final, el canterano Kaptoum les privaría incluso de una victoria pírrica. El Barça, clasificado para la final por méritos propios.  Era un galimatías adivinar el once. Empezando por la meta, era una canallada pensar que no sería Ryan el elegido, pero así fue. A Jaume le tocó bailar con la más fea y comandar una defensa de circunstancias, en la que sólo Gayà, sancionado para la Liga, era una de los habituales. Vezo, Santos, Diallo y Gayà completaban la zaga. Para la medular Danilo era el único de los habituales; los canteranos Zahibo y Fran Villalba eran sus escuderos, mientras que la delantera sí que Neville tiró, sorprendentemente, de galones: Piatti, Santi Mina y Negredo como puntas. Un once que se parece casi más al del filial que el del primer equipo. Por tanto, sólo Gayà y Danilo repiten tras la debacle del Camp Nou.El partido comenzó insulso, frío, como el ambiente y las gradas. Costaba identificar a buena parte de los futbolistas, pues el Barça también salió con un once plagado de suplentes y jugadores de la Masía. Con la calidad teóricamente algo más igualada, y a pesar del lastre del 7-0 de la ida, la garra, las ganas de agradar y de defender la honrilla locales debían pesar más que la placidez catalana. Sin embargo, fueron los culés los que gozaron de las primeras y ténues ocasiones. 

Luis Enrique se permitió la 'boutade' de jugar con tres centrales de inicio y una defensa presionante en todo el campo. Fran Villalba, la gran esperanza blanca, el que probaba fortuna con un lanzamiento desde fuera del área que salía unos centímetros por arriba del larguero.La primera gran aproximación del Valencia llegó en el 22, con una jugada de delantero centro de Negredo. El vallecano aguantó de espaldas y la puso franca paa que Piatti pusiera el pase de la muerte sobre la línea... la defensa, sin embargo, desbarató el gol de Mina que entraba como un obús.    Poco después era Fran Villalba, la gran esperanza blanca, el que probaba fortuna con un lanzamiento desde fuera del área que salía unos centímetros por arriba del larguero. El Valencia quería algo más, tenía más en juego. Después de la tocata de la ida, tocaba ponerle narices y así llegó el 1-0. Negredo rompía su sequía y la del equipo y se presentaba sólo ante Ter Stegen. Trató la vaselina, el meta la sacó con la cara, pero el rebote cayó en los pies del punta y no perdonó. Obviamente, no lo celebró. Quedaban cinco minutos para el descanso, suficientes para que Negredo dejará un par de detalles de calidad en la medular, para que el Valencia demostrara en una falta lateral que no sabe defender esos lances. Munir debió empatar, pero su cabezazo fue tan erróneo como las acciones de Aderllan Santos, al que Velasco perdonó la expulsión.

Silbidos a los cambios, menos a Villalba

Daba la sensación de que el Barça había empatado en cuanto había puesto un poco de más garra e, incluso, pudo marcar el 1-2, pero por fortuna el electrónico no se movería y esta eliminatoria asquerosa pasó a mejor vida.  El partido parecía que quería coger ritmo en la segunda mitad. El Valencia seguía dominando y el Barcelona apretó las marcas. Las ocasiones brillaban por su ausencia y el público se aburrió solemnemente. Pitó con timidez cuando el goleador Negredo se marchó para que entrara Bakkali y cuando Mina, uno de los mejores ayer, se sentó para que entrara André Gomes. Justo lo contrario que sucedería minutos después cuando Fran Villalba dejó su puesto a Ibán Salvador.   Los minutos corrían aburridos, insulsos, sin historia. Una falta directa de Danilo, que obligó al vuelo del meta Ter Stegen, fue lo único que alteró la monotonía de Mestalla hasta que llegó el bofetón de Kaptoum. Ni éste partido iba a ganar el Valencia. Dos contra uno en la banda de Vezo, fallo del central y Kaptoum, que acababa de entrar, empujaba el centro desde la izquierda entrando libre de marca en el punto de penalti. Otro despropósito.   Daba la sensación de que el Barça había empatado en cuanto había puesto un poco de más garra e, incluso, pudo marcar el 1-2, pero por fortuna el electrónico no se movería y esta eliminatoria asquerosa pasó a mejor vida. El Barça es justo finalista.