Ni cabeza ni nariz ni manos
Así contamos el Sevilla-Real Madrid
Así está la clasificación
El Sevilla ha caído, 14 meses después, en el Ramón Sánchez Pizjuán. Lo ha hecho ante el Real Madrid y en un partido en el que dio la sensación que prácticamente todo lo hicieron el propio Sevilla, para bien y para mal, y Cristiano Ronaldo, con sus tres goles. El caso es que el equipo nervionense cometió muchos errores, demasiados, empezando por el regalo de diez minutos en inferioridad de Emery, pasando por una defensa endeblita y acabando por un portero demasiado frágil para lo poderoso que pretende ser este equipo. Muchos fallos que acabaron incluso con la reacción encomiable de este equipo, que nunca muere, que no se rinde y que peleó hasta el final por sacar algo positivo ante los madridistas, que hicieron poco partido para todo el premio que se llevaron. La pelea de la Liga de Campeones se complica bastante, sobre todo porque quedan pocos partidos donde rascar puntos al Valencia, pero queda la sensación de que este Sevilla, en un partido más lineal, más normal, más lógico, podría haber hecho más daño al Real Madrid. Pero entre la falta de manejo de la situación del entrenador, entre la rotura de nariz de Krychowiak y entre los errores defensivos y del portero, el caso es que el partido se le fue. El partido tuvo tantos vaivenes que se hizo difícil de catalogar. El inicio fue igualado, con arreones dominadores del Real Madrid, con contras peligrosas del Sevilla. Se alternaban minutos en los que el conjunto merengue hacía casi del Barça y otros en los que el equipo nervionense se metía como cuchillo en mantequilla tras la medular madridista, realmente mal colocada. Así, con una clara ocasión de Cristiano (paradón de Rico), otra de Aleix Vidal, con igualdad y cierto equilibrio, aunque con dominio madridista, discurría el encuentro hasta que llegó una jugada que a la postre fue más clave de lo que parecía. Krychowiak dio un tremendo cabezazo involuntario a Sergio Ramos que dejó fuera del campo al polaco unos diez minutos, diez minutos fatales, diez minutos trágicos y mal gestionados por Unai Emery, que se resistió a sustituir al polaco y vio cómo en ese tramo de partido el Real Madrid castigó con dureza esa concesión sevillista. Dos balones laterales hicieron más daño del que debían. Primero porque un jugador más, que además debía de ser Krychowiak como cierre, lo necesitaba el equipo para sacar pases como el de Isco o el de Chicharito; segundo porque la defensa estuvo blandita en ambas acciones, desde Carriço, que permitió a Isco el pase, y hasta Kolo, que encimó poco a James; y tercero porque el portero, salvador en la primera acción ante Cristiano, volvió a dudar en los goles, sobre todo en el 0-1. El 0-2 dejó frío al estadio, debió dejar frío a Emery viendo lo que había perpetrado, y hasta dejó frío al Sevilla, que sin ser inferior vio al Madrid tomar ventaja en el marcador casi sin comerlo ni beberlo. Se precipitaba sin remedio el Sevilla al descanso en clara desventaja cuando, cómo ocurrió ante el Barcelona, se encontró con un tanto que de nuevo lo metía en la pelea. En esta ocasión fue Sergio Ramos el que lo regaló en forma de penalti. Bacca firmó el 1-2 antes de ir a la caseta, donde el enfado de Ancelotti traspasaba las paredes. Tuvo un arranque bueno el Sevilla en la segunda mitad. Durante siete minutos, para lo que dan, acorraló al conjunto merengue en su área. Córners, pases laterales, un par de remates peligrosos de M'Bia, pero no llegó ese ansiado empate que recupera lo perdido en los primeros 45 minutos. Además, pasado ese empuje el Real Madrid templó bastante el encuentro de nuevo, empezó a tocar y aparecieron los Isco, James y Kross para ganar la posesión de la pelota. El choque, por tanto, se durmió, se atemperó a un ritmo más conveniente para los capitalinos que para los andaluces. Más aún cuando Bale, recién reaparecido, puso un buen pase que de nuevo Cristiano aprovechó para sacar fruto de la indecisión de Rico, que se quedó mal posicionado y cedió un gol en un cabezazo realmente esquinado. El 1-3 parecía matar el encuentro, pero este Sevilla, por muchos golpes que reciba, por muchas concesiones que dé, nunca muere. Y se lo hizo ver al Real Madrid cuando ya nadie casi esperaba al conjunto nervionense. Una gran jugada de Aleix Vidal con Gameiro acabó con gran asistencia del catalán y remate rápido de Iborra que de nuevo metió al Sevilla en el partido a falta de diez minutos. Algunas ocasiones tuvo incluso el equipo de Emery para empatar y salvaguardar la fortaleza de Nervión, pero esta vez no llegó el tanto, se fueron los puntos y ahora queda pensar, eso sí, en lo que de verdad importa, la semifinal ante la Fiorentina.
