El Athletic no supo ponerle ardor al derbi

Conociendo el paño (tres años sin ganarle) nadie esperaba que la Real Sociedad viniera de visita a San Mamés pese a no estar en ninguna pelea clasificatoria, lo que no es de recibo es que el Athletic Club, que peleaba por la séptima plaza a la espera de lo que haga el Málaga este miércoles en Balaidos, no le echara más coraje. Ardor guerrero. La Real en inferioridad númerica se había hecho con el aroma del derbi para disgusto de una grada que pedía más actitud. Pero más que de físico hay falta de fútbol que no debe ser tapada por los espejismos victoriosos ante Getafe y Córdoba. El equipo de Valverde está flojito. Y el técnico ha visto discutidos alguno de sus cambios. Sólo un milagro podía impedir a los txuriurdines puntuar estando con 10 por la expulsión de Mikel González, pero no es que la lámpara mágica rojiblanca esté para muchos trotes. No en vano es que quitando el remate del primer tiempo de Aduriz, quien marcaba de penalti injusto, no ha habido mucho más que denominar ocasión de gol. En la noche de Le Tissier destacó sobremanera la nueva oportunidad para Aketxe, parece que Valverde quiere que se vaya haciendo con la media punta que ha dejado vacante Iker Muniain, le ha dado su segundo partido consecutivo de titular que además suponía su décimo con el primer equipo. Pues ha dejado interesantes detalles. Hoy tocó descanso para De Marcos, quien no podrá jugar la final, (hay que buscar también por ahí un sustituto rodado), y la vuelta de Susaeta, sin focos, tras once suplencias. Un primer tiempo de tinte txuriurdin Le costó arrancar al Athletic en el partido, Beñat -en estado de gracia- estaba muy marcado, con lo que se perdían casi todas las salidas de juego, mientras que los txuriurdines daban una imagen más práctica con los balones en largo para Vela y el Chory Castro. En ese dominio inicial lograron asustar tibiamente e incluso provocar un posible penalti de Laporte por mano en el área o casi sorprender a Iraizoz desde 25 metros con un obús del punta mexicano. Pero si alguien se jugaba algo eran los bilbaínos. Eso implica morder aunque la maquinaria no vaya redonda, cosa que no se vio demasiado. Eso sí, la primera llegada fue más clara que todo lo visto hasta entonces, permitió ver un remate maravilloso de Aduriz contestado por un paradón antológico del argentino Rulli. Aketxe, brillante buscando espacios, y Williams se pusieron las pilas, logrando hacer girar el péndulo unos minutos. No sólo del partido sino de la cotidianeidad. Hoy el equipo de Valverde percutía sobre todo por banda izquierda. Algo totalmente inusual. Lo malo es que el equipo no está fino, le falta continuidad, ímpetu, la duda es si es algo mental o no. Porque daba envidia ver la fiereza con que se emplea Vela en cada acción, más si cabe partiendo de que la Real no se jugaba más que la honrrilla. Los donostiarras se fueron al descanso disparando más, y, sobre todo, dando sensación de jugar con excesiva comodidad. El árbitro se equivoca gravementeEl factor correctivo iba a ser el colegiado alicantino Martínez Munuera, que en el 50' convertía una falta de Aduriz a Rulli en un penalti con expulsión de Mikel González que el ariete donostiarra transformaba con paradinha incluída en el 1-0. Ya suma 15, aunque este ha sido un regalito. Y grande porque los guipuzcoanos se habían quedado temblando con una decisión claramente injusta. Pero fútbol es fútbol y al Athletic le tocaba ahora, contra 10, cerrar el partido para evitarse escalofríos como los del Nuevo Arcángel, algo que no supo hacer ya que en el 59' De la Bella encontraba un boquete en la banda derecha para batir a Gorka con un gran tiro cruzado. Un gol que hizo al Txingurri revolucionar su once con la mera entrada de De Marcos, que dejó su sello con un carrerón en su primera intervención. El partido se había roto, atmósfera en la que gladiadores como Vela están encantados. Se necesitaba alguien que por parte bilbaína diera un puñetazo en la mesa, no es plan que te chuleen en tu casa, y eso es exactamente lo que estaba ocurriendo. La Real supo jugar mejor estando con diezYa con Viguera y Mikel Rico (¿por Beñat?) se quiso toca arrebato en una recta final en la que Moyes, que a su vez quitó sorprendentemente al incisivo Vela, ya apostaba totalmente por rascar un punto en Bilbao. Si es que hasta el último disparo fue de Canales, no se pudo acabar ni atacando en una noche con más abalorios externos de homenajes que sustancia balompédica. En el limbo quedaron 44 centros al a´rea, la mayoría pésimos, de los leones. Como esto vuela, a ver qué hace el Málaga y a pensar en el sábado hay cita para el Athletic con la 35ª jornada de Liga, que le va a llevar a uno de los campos más complicados y menos amables del campeonato, el Calderón del Atlético de Madrid. Sin duda un hueso importante, y, de nuevo, un buen sparring de lo que puede ser la final en el Camp Nou ante un Barça que hoy 'sólo' ha ganado 6-0 al Getafe.  

@asismartin