¡Oh, capitán, mi capitán!

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Así marcha la clasificación
Jorge Molina, el capitán del Betis, apareció cuando más lo necesitaba su equipo. Lo sacó de un atolladero importante, en un encuentro incómodo, dominado durante muchos minutos por el Girona y rescatando tres puntos fundamentales para el Betis en la lucha por el ascenso. No fue sólo el primer gol, sino la sensación de peligro que mostró durante todo el choque. Había que dar un paso adelante, y el de Alcoy lo hizo. Molina creyó y les hizo creer a sus compañeros. Al Betis le costó un mundo entrar en el partido, como si todo lo que ha pasado esta semana pesara en las botas de los futbolistas. El Girona llegó al Villamarín dispuesto a demostrar que su condición de gallito de la Liga Adelante no es una etiqueta caprichosa, sino que está totalmente justificada. Y así fue. Personalidad, buen trato al balón y presencia constante en el campo rival. La primera media hora del partido fue propiedad del conjunto que dirige el joven Pablo Machín. Se jugó en terreno bético y Felipe Sanchón y, sobre todo, Sandaza, generaban más de un dolor de cabeza. Fueron minutos de sufrimiento por parte heliopolitana. El equipo de Pepe Mel no encontraba la manera de desquitarse la presión rojiblanca. N'Diaye y Lolo Reyes se mostraban incapaces de estirar las líneas, Dani Ceballos corría mucho, pero aparecía poco, sobre todo en ataque, y Portillo apenas se dejaba ver a cuentagotas, eso sí, dejando buenos detalles. En este periodo de pesadez verdiblanca, Jorge Molina fue lo más entonado. El de Alcoy llevó todo el peligro, arrancando con fuerza desde atrás y buscando a Rubén Castro. El canario no anda bien y en esta primera parte se volvió a demostrar. Tuvo buenas pelotas en el área, pero no acertó a definir con su habitual clarividencia. Precisamente, Jorge Molina tuvo la ocasión más clara de la primera mitad, después de un rechace de una pelota peleada por Dani Ceballos. El cuero quedó muerto en el punto de penalti y franco para Molina, que llegó algo justo y no pudo superar al portero rival. En cualquier caso, el dominio de la situación era del Girona en estos compases iniciales. De hecho, una buena mano de Adán salvó una clara ocasión de Sandaza. Apareció una vez más el guardameta madrileño. También en estos primeros minutos se le vio sufrir demasiado a Héctor Rodas, el debutante. Falló en sus dos primeros manos a manos, dejando el balón en franquía a Sandaza y, a partir de ahí, jugó inquieto y con escaso acierto. Incluso sufrió en los balones aéreos. No fue la puesta en escena soñada. Jordi Figueras, por contra, fue de lo mejor de la defensa en el primer tiempo. Estuvo muy metido en el encuentro, concentrado y resolvió con acierto cada llegada del Girona. El Betis salió en la segunda parte de otra manera. Comió el terreno al Girona y mandó en el terreno de juego, aunque sin generar ocasiones muy claras. Se jugaba en el área del equipo catalán y así llegó una ocasión muy clara de Rubén Castro, tras un robo de balón de Dani Ceballos bien colgado al punto de penalti. Rubén tiró a puerta, pero Lejeune sacó bajo palos. Apenas cinco minutos después recogió un balón al borde del área Jorge Molina y firmó la jugada del partido. Estaba siendo el mejor y lo merecía. Con un regate se quitó de encima a Lejeune y cruzó al segundo palo sin que nada pudiera hacer el portero del Girona. A partir del gol, el partido entró en un partido en un toma y daca. El Girona estiró líneas y el Betis esperó su oportunidad a la contra. Mel metió a Rennella en el campo y quitó a Portillo. Hoy, desde luego, no iba a mandar el técnico un mensaje defensivo. Rubén Castro tuvo la opción de rematar el partido a falta de quince minutos, otra vez a pase de Molina, pero falló en su mano a mano y no vio a Rennella que estaba solo en el punto de penalti. El Betis jugó una buena segunda parte y controló el partido, aunque le costó rematar el encuentro con un segundo tanto. Aún así, no sufrió. Marcó el segundo a falta de cinco minutos. Fabián robó una pelota, la cedió a Jorge Molina, que remató al palo y Dani Ceballos remachó llegando desde atrás. Ya con el partido resuelto, Granell marcó un golazo de falta, desde la frontal del área, ante el que nada pudo hacer Adán. Apenas sirvió para poner algo más de emoción a los últimos minutos del partido, pero la victoria ya estaba en el bolsillo del Betis gracias al partido de Molina. Los últimos minutos sirvieron también para ver la reaparición de Vadillo.