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La tripleta del talonario noquea a un valiente Athletic

Aritz Aduriz se lamenta ante el FC Barcelona.
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Leo Messi no ha perdido nunca un partido contra el Athletic Club. Van 21. La pena es que este domingo en San Mamés ha hecho falta un golpe de fortuna para que la Pulga abriera la puerta a una nueva derrota de los leones ante su público (2-5). La arriesgada apuesta de Valverde se frustró por la mala suerte, algo del arbitraje y sobre todo por la pegada culé. Sus ocasiones fueron mortales y hasta Luis Suárez vio puerta en una visita en la que el FC Barcelona venía 'caliente' tras la goleada colchonera previa al Real Madrid. Messi hizo dos (uno otorgado a De Marcos), y el uruguayo, Neymar JR y Pedro los otros tres. Aduriz y Rico marcaban por los bilbaínos, mientras que Xabi Etxeita fue expulsado por Mateu Lahoz, que escamoteó un penalti sobre Aritz. Dos tantos rivales fueron autogolesEn función de la goleada de hoy y de lo que pase el miércoles se analizará si Ernesto Valverde se equivocó al ir con todo ante los culés. Pero lo cierto es que no están los bilbaínos para regalar nada en Liga, más allá de que la Copa parezca un bombón. Mientras Luis Enrique sentaba a Mascherano e Iniesta, el Txingurri, sin Iraola e Iturraspe, pero con una semana para preparar el choque, sacó toda la artillería. Eso incluyó a Unai López en la media punta. Valiente, pero el planteamiento se iba a torcer demasiado pronto y a acabar fatal. Y menos mal que Gorka Iraizoz hizo varias paradas de mérito. El partido empezó con el mismo discurso del año pasado, con los bilbaínos presionando desde la mismísima portería de Claudio Bravo con objeto de que el Barça estuviera lo más incómodo posible. Y miren si fue eficaz que Neymar ya tuvo que ponerse a protestar al árbitro a los cinco minutos, porque De Marcos andaba como un Mihura encima suyo, justo antes de que Aduriz realizara el primer remate de la noche. Pintaba bien. Dos goles desde  fuera del áreaPero el fútbol a veces es muy canalla. No estaban nada a gusto los hoy 'fosforitos', sin poder gozar para nada de la pelota, taponado el suministro a sus cracks. Pero el premio  a ese destajismo local fue que una falta directa de Messi, en el primer balón que tocaba el de Rosario, pegó en la barrera a Laporte despistando a Iraizoz y suponiendo un injusto y doloroso 0-1. Un golpe de pésima fortuna que cambió ya todo el rumbo del partido. Era el minuto 15 y el choque, ya sin plan maestro debido a ese gol, se puso al rojo vivo, ya que los dos conjuntos se fueron al ataque y ahí estás perdido amigo, porque siempre te ganará el Barcelona. La pegada de uno y otro no tiene nada que ver. Así aunque Susaeta tuvo un buen tiro, Aduriz obligó a Bravo a salvar el empate e incluso dio un poste de cabeza, cuando viene el aluvión culé generalmente estás muerto. Primero Iraizoz le soltó un paradón antológico a Luis Suárez, eso hizo desesperar al uruguayo que se sacó la espina en el 25', tras fusilar desde la frontal el 0-2, y aún pudo ser peor, porque en el 30' sacó Laporte con la cara otra a Xavi en la misma raya. Esa combinación de golpes encajados, hizo perder gas a los de Valverde, porque pese a dar la cara se habían llevado dos terribles sopapos en el rostro. Y ahí lo mejor fue irse al descanso, porque el peligro de ver que tu esfuerzo ha sido vano era caer en las redes de Mateu Lahoz, el desquiciante árbitro valenciano, que estaba en su línea habitual. Un tiroteo de segunda parte Los goles iban a llover en la segunda mitad. Con el partido ya en franquía el Barça se puso a hacer fútbol-fantasía para resolver y pensar en el Villarreal. Las filigranas de Neymar y compañía llevaron el disgusto a la grada que veía sufrir a sus chicos en exceso, así que el mister optó por guardar activos para la Copa. Aurtenetxe cogió la plaza del amonestado Balenziaga y curiosamente el equipo se vino arriba. Para que luego digan que no hay implicación o verguenza torera. Un buen pase filtrado por Unai López permitía a Aduriz, hoy mitológico, disparar sobre Bravo y el rechace lo aprovechaba Mikel Rico para hacer su segundo tanto en esta Liga, haciendo que el partido se volviera a abrir. Las sonrisas retornaban pero para convertirse en máscara funeraria en tan solo tres minutos, porque hubo un penalti sobre el donostiarra y encima de la misma Leo Messi, otra vez con rebote (en De Marcos) ponía el 1-3 y Neymar, por raso, el 1-4. Cuando el Barça arranca cruje el mundo. El público piensa ya en la CopaPosteriormente Aduriz, que firmaba su gol número 100 en Liga, acortaba distancias, pero se había convertido la noche en unos minutos largos de la basura con la expulsión por roja directa de Xabi Etxeita, con lo que empezó el carrusel de cambios. A partir de ahí todo el mundo estaba deseando acabar e irse para casa, pero Messi no sabe frenar y tras torear a toda la defensa habilitaba a Busquets y este a Pedro para hacer el quinto de los blaugranas. Pero ya daba igual. Sólo se pensaba en lo del miércoles a las 22:00, cuando llega uno de los momentos cumbres de la temporada. La ida en Bilbao de las semifinales de Copa ante el RCD Espanyol que también perdió en Liga su partido. Veremos si la batalla dominical pasa factura o no. En la moral no debería. El público acabó hasta cantando 'Athletic, Athletic'.

@asismartin