Andrés, de Madrid a Sevilla para ver al Betis 60 años después: "El beticismo no se pierde"

Andrés, de Madrid a Sevilla para ver al Betis 60 años después: “Lo máximo”
Andrés, de Madrid a Sevilla para ver al Betis 60 años después.
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SevillaEl Real Betis Balompié genera historias de todo tipo, con un componente de emotividad ligado a la propia esencia del club verdiblanco y su afición. Entre esas miles de historias de beticismo, anónimas la mayoría, está la de Andrés, un bético de San Juan de Aznalfarache que vive desde la década de los 60 en Madrid. Acompañado de su esposa, los micrófonos de ElDesmarque le abordaron antes de entrar en el Estadio de La Cartuja para ver a su equipo ganar el partido ante el RCD Mallorca, dando espectáculo, además, de la mano de un Antony intratable. Con Andrés encontramos una de esas historias de beticismo más allá de las fronteras sevillanas. “De Madrid a ver el Betis”. “El beticismo no se pierde. No se ha perdido. 60 años allí, pero... este color...”, explica este aficionado que, reconoce, que en seis décadas no había podido regresar a la ciudad hispalense para ver a su equipo. “Al Bernabéu he ido mucho. A Valladolid también fuimos a verlo. Aquí no, pero... fuera, en Madrid, en el Bernabéu, mucho, mucho”, recuerda.

 La afición del Betis, en La Cartuja
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Un regalo familiar

Los artífices de este momento tan ilusionante para Andrés están dentro de su familia. “Es un regalo de mis hijas, esto es lo más grande”. Sin embargo, aunque desde su casa madrileña no se pierde un partido por televisión, su descendencia tiene al Betis “como segundo equipo”. “Primero es del Madrid, pero el segundo es Betis”. Andrés recuerda que iba al anterior estadio de Heliópolis cuando era un niño de 9 o 10 años, antes de marcharse en el año 1966. “Era la época todavía de Grau, Ríos, Antón, Frasco, Azcarate, Ansola…”. “Estoy que no cojo en mí, el Betis para mí es lo máximo”, culminaba un Andrés que se dirigía a vivir uno de los mejores días de su vida, enfundado en su camiseta verdiblanca con el dorsal y nombre de Isco Alarcón, un futbolista de leyenda que sumar a los que él veía con ojos de niñez hace seis décadas.

 Andrés, de Madrid a Sevilla para ver al Betis 60 años después.