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La mano dura de Xabi Alonso, un problema para algunas estrellas del Real Madrid

Xabi Alonso en el banquillo del Real Madrid (Cordon Press)
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MadridEn Valdebebas ya se nota que ha cambiado el aire. Desde que Xabi Alonso tomó las riendas del Real Madrid, el club respira otra intensidad. Entrenamientos más largos, más exigentes y un control absoluto sobre cada detalle. El tolosarra no ha llegado para mantener las rutinas de la 'era Ancelotti', sino para revolucionarlas. Y aunque los resultados le están acompañando, su estilo firme, incluso inflexible en algunos momentos, no ha gustado a todos dentro del vestuario.

Xabi Alonso y su nuevo método de trabajo

Según la información de Mario Cortegana en The Athletic, Xabi Alonso se encontró un vestuario con “malos hábitos” después de cuatro años bajo la gestión de Carlo Ancelotti. Desde el primer día dejó claro que con él habría que trabajar más duro y con más seriedad. Fuentes consultadas por ElDesmarque aseguran que esa exigencia se nota cada mañana en Valdebebas. “Es el primero que llega y el último que se va”, cuentan, destacando su obsesión por la puntualidad, la preparación física y los detalles.

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El nuevo cuerpo técnico ha impuesto normas más estrictas en el día a día, desde los horarios hasta la confidencialidad del vestuario. Se acabaron las filtraciones, las visitas constantes y la sensación de comodidad que muchos tenían. Xabi Alonso quiere un grupo más concentrado, con competencia interna  y profesionalidad, sin distracciones ni jugadores acomodados por quienes son.

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Un problema para los pesos pesados del vestuario

Como añade el periodista en The New York Times, varias estrellas del vestuario blanco no terminan de conectar con el nuevo técnico. Le ven demasiado exigente (muchísimo más que Ancelotti) y, en ocasiones, obsesionado con el control. En privado, algunos incluso le comparan con Guardiola: “Cree que es Pep, pero de momento es solo Xabi”. Sin embargo, Xabi Alonso no se inmuta. Tiene un plan y cree firmemente en él. Sabe que los grandes cambios siempre generan resistencia, y más en un vestuario lleno de campeones que han ganado todo haciéndolo “a su manera”. En el Madrid, donde las estrellas mandan y los egos pesan, su reto es mayúsculo: convencer a todos de que el talento no basta sin disciplina. Si logra equilibrar ese pulso, podrá marcar una era. Si no, su mano dura podría volverse en su contra.