El Sánchez-Pizjuán más triste de la última década: semivacío, pitos al himno y cánticos contra la directiva
El público empezó a entrar pasados los diez minutos
Muchos aficionados con camisetas negras
SevillaUna imagen muy triste. El Sánchez-Pizjuán, estadio del Sevilla que este domingo acogía la cita entre los blanquirrojos y el FC Barcelona -la última del curso- permaneció alrededor de 15' semivacío debido a las multitudinarias protestas vividas en la previa del encuentro. Tras la entrada del público, muchísimas camisetas negras en señal de protesta. Tras la llamativa manifestación vivida en la previa, con muchísimos sevillistas reunidos, cantando y cargando contra el Consejo, el Sánchez-Pizjuán arrancó la cita de este domingo entre Sevilla y Barça con una de las caras más tristes de la última década. Un estadio acostumbrado a vivir ambientes infernales, cánticos desde el primer minuto e imágenes, como la que se vivió ante el United el pasado curso, imposibles de olvidar, este domingo, con el Barça sobre el césped -uno de los rivales que más atraen del curso-, la imagen era de un Gol Norte prácticamente vacío.
Durante el himno del centenario, los allí presentes incluso pitaron el cántico blanquirrojo, a la vez que cantaban contra la directiva. Además de ello, se lucieron diferentes pancartas, viéndose en una de ellas el escudo del Betis.
Tras los primeros diez minutos de juego, el público fue entrando poco a poco, justo para respetar la figura de Antonio Puerta y entonar su habitual cántico en el 16'.
Camisetas negras en el Sánchez-Pizjuán
La entrada del público tampoco mejoró en demasía el ambiente. Tras algunos tímidos cánticos, protestando contra el Consejo, la imagen ahora era de un Sánchez-Pizjuán prácticamente de negro. Si el pasado año la afición fue capaz de teñir el estadio totalmente de blanco, ante el Manchester United, o de rojo, ante la Juventus, este domingo se veía una imagen negra, señal en protesta, según el comunicado de Biris Norte, por "la muerte de los valores" que identifican al Sevilla. El curso acaba en Nervión con una imagen tan desagradable como la mostrada por el primer equipo durante toda una temporada en la que han sido muchas más las derrotas vividas que las victorias celebradas.
