Más calor que VAR

Si había polémica en la previa, solo fue un aperitivo de lo que luego sucedió cuando la pelota echó a rodar. El Betis cosechó una inconveniente derrota en su pelea europea ante el Cádiz en una calurosa tarde, en lo ambiental y en lo arbitral. Un encuentro marcado por la expulsión de Canales, quien había podido jugar por la cautelar dictada por la justicia ordinaria. La jugada de marras se produjo en el minuto 38 cuando Canales perdió una pelota de espaldas y derribó a Sobrino. Cuadra Fernández, para sorpresa de todo el estadio, decretó expulsión del cántabro. Una acción en la que Edgar por el otro lado cerraba y que parecía una simple amarilla. Claro que lo más llamativo en estos tiempos del rey VAR es que no hubiera intervención desde arriba. Más calor que VAR. Fue la acción determinante, aunque no la única con protagonismo arbitral. Una mano de Miranda en el área que significó el penalti del 0-1 transformado por Alcaraz y la expulsión de Aitor Ruibal minutos después en una refriega con Fali. Dos acciones menos discutibles, no así la expulsión de Canales que, a todas luces, apuntaba a una amarilla que con razón indignó al Villamarín. Ese momento de ebullición emocional, por las expulsiones, el penalti y con la posibilidad de que el Betis se quedara con algún jugador menos como Miranda, dieron paso a un final de partido extrañamente frío. El 0-2 en una contra y el gol de Chris Ramos terminó de matar el duelo. Ya había enmudecido el estadio como señal de protesta en el minuto 10 por lo ocurrido con Canales semanas atrás. Y eso que por entonces pocos podían adivinar el nuevo enfado que llegaría a propósito del arbitraje. Por medio ocurrieron más situaciones futbolísticas, aunque todo quedó en un segundo plano. La lesión de Pezzella a los 20 minutos que le hizo tener que retirarse, o ciertamente los problemas del Betis para descifrar el entramado defensivo del Cádiz cuando eran once contra once los jugadores. Faltó chispa, más allá de la luz de Rodri. Es cierto que el Betis gozó de alguna oportunidad en la primera mitad. Un remate de Rodri, un cabezazo en el segundo palo de Miranda o una falta del propio lateral. También el Cádiz, especialmente con Chris Ramos, había mostrado sus aviesas intenciones pese a no disfrutar de demasiado balón. Ya antes había avisado Bogonda con un remate que repelió Rui Silva. Claro que todo fue eclipsado por la roja a Canales. Tampoco tras el 0-2 hubo realmente demasiada historia. Tal vez pudo recortar distancias Abner en boca de gol con un remate sacado bajo palos. Todo estaba finiquitado en una tarde aciaga para el Betis, en una jornada, en la que todo se torció mientras los competidores europeos sacaron los partidos adelante. Calor en lo ambiental y en lo arbitral.