Groserías

El Sevilla tiene a día de hoy tantas debilidades que el peligro del descenso no es una amenaza, es una realidad. Es un equipo dubitativo, arriba y abajo, es un equipo sin mando en el campo ni fuera de él, es un equipo con jugadores extremadamente erráticos, ya sea por confianza o por capacidad, un equipo sin planteamiento válido, sin soluciones desde el banquillo. Es un equipo demasiado peligroso para sí mismo. El partido que hemos contado ante el Girona, en el que se adelantó y acabó derrotado de forma sangrante por responsabilidad propia, es un canto a todo ello. Es un canto a los errores, los más groseros y decisivos de Nianzou, que regaló hasta tres balones en zona defensiva para unos contra uno ante el portero, y sobre todo regaló el 2-1 de forma negligente. Fueron suyos los errores más groseros, pero no los únicos, y no solo en defensa. Fernando también anduvo regalando opciones, y en ataque es desesperante la mala gestión de las contras, cómo las malogra Rafa Mir en ventaja, cómo las tira a la basura casi de forma automática por buscar la seguridad en el pase, la transición fácil. En el área contraria el Sevilla es inoperante. Da prácticamente igual a qué jugador le cae la pelota. Ya sea el delantero centro, el extremo, el sustituto, como Suso cuando salió. En el área rival el equipo nervionense no sabe absolutamente qué hacer con la pelota. Así de grave. Y lo peor es que en la propia, o cerca de la propia, da la impresión de que tampoco. Ante los múltiples errores individuales es difícil sobreponer un patrón de juego colectivo. Y eso que por momentos el Sevilla colectivamente superó en el campo a su rival. Durante la segunda parte, por ejemplo, aunque luego sea inocua esa leve superioridad. Pero eso no exime de responsabilidad a Jorge Sampaoli en sus decisiones en el partido. El planteamiento no estuvo del todo mal, el Sevilla quizás tuvo más presencia en el juego que el Girona, pero la decisión del entrenador también es tomar decisiones que no lastren al equipo. Que juegue Nianzou a día de hoy, es una decisión rotundamente errónea, por mucho que marcara. Pudo regalar un 1-0, un 2-0 antes del 0-1, y regaló el 2-1. Es erróneo no sacar a En-Nesiry hasta el minuto 85 y querer sacarlo a la desesperada con el marcador en contra. No es una decisión que obedezca a la lógica. Y lo cierto es que Sampaoli sigue sin mejorar la anterior versión del Sevilla. Ese es otro de los aspectos pendientes de mejorar, y cada vez queda menos. Sampaoli, Nianzou, la debilidad ofensiva y defensiva... El caso es que un día por uno, otro día por otro, y el Sevilla sigue sin asentarse. Demasiados pasos atrás y ninguno adelante. No hay quien lo dé.