El futuro ya es presente en el Betis
En el Real Betis pueden estar confiados: el futuro está en buenas manos. Cuando más arrecian las adversidades y afloran los problemas económicos, resulta de vital importancia exprimir la savia nueva. Potenciar la aclimatación de los más jóvenes para revalorizarlos, salvaguardar el mañana y darle su merecido sitio a los que reivindican una oportunidad. Y en Heliópolis hay una camada de talentos emergentes que opositan a abanderar el porvenir de la entidad. Este mismo jueves, y para sorpresa de muchos, Manuel Pellegrini apostaba por los más jóvenes. Juan Miranda, Rodri Sánchez y Luiz Henrique. Todos ellos con 22 añitos. Una camada de chicos ávidos de demostrar su talento y demostrar que están capacitados para ser importantes en la élite del fútbol. Y vaya si lo hicieron. Rodri Sánchez ya es presente. Su partido no fue más que la confirmación del paso adelante que ha dado con la llegada de 2023. Fue uno de los principales argumentos ofensivos del equipo en el tramo final de la primera mitad. La mejoría del Betis coincidió cuando las jugadas pasaban por sus botas. Con 22 añitos acumula casi 70 partidos en la élite y más de diez asistencias. No para de crecer. Pellegrini ya advirtió que sería el futuro talento del Betis y no parecía equivocarse... El futuro ya es presente.
Un golpe en la mesa brindó también Juan Miranda, ávido de reivindicarse. Había muchas miradas sobre él hoy, a la expectativa de saber cómo supliría la ausencia de Álex Moreno, y cumplió con creces. No se cansó de correr. Firme en defensa y voluntarioso en ataque. Un ejercicio tremendo de sacrificio, pundonor y trabajo. Las dudas las disipó de un golpetazo.
Y qué decir de Luiz Henrique. Fútbol champagne. Qué exhibición la suya ante todo un FC Barcelona. Tiene una confianza tremenda en sus capacidades y eso denota el crecimiento que ha experimentado en el último mes. Un peligro constante para los rivales, capaz de sorprender por dentro y por fuera. Dos asistencias y un tremendo ejercicio de compromiso. Terminó sin ni siquiera poder correr. Se revaloriza cada día que pasa.
