Corazón de león, inteligencia de ratón

Es el ratón uno de los animales de mayor capacidad en la escala de inteligencia animal. Su tamaño engaña, porque sus habilidades le permiten seguir con vida ante las adversidades y desarrollar una gran capacidad de supervivencia. Si esa capacidad mental se une con un corazón de león, y no como referencia a la bandera y al rey inglés, tenemos un ente de enormes posibilidades en todos los campos. Ese es el Sevilla de este tramo de temporada, superviviente, inteligente, cazador, recolector. Un buen Sevilla, que se crece ante las adversidades, sacó un buen triunfo ante el West Ham en la ida de los octavos de final de la Europa League. Fue un triunfo por la mínima, sí, pero fue un triunfo bien trabajado, bien merecido, y eso, aunque no como renta, también debe servir al equipo de Lopetegui para el choque de Londres. Porque realmente el Sevilla demostró, pese a las innumerables bajas, pese a las sorpresas negativas de cada calentamiento, mucho fondo. De armario y de contenido, de corazón, de juego. Ese fondo que demostraron Jordán y Óliver formando un doble pivote inédito pero que completó un partido enorme, ese fondo de un Gudelj que respondió un día más junto con Koundé en el centro de la defensa, ese fondo que de nuevo demostró Munir, autor del gol en una acción magnífica de estrategia y protagonista de varias acciones ofensivas. El Sevilla hace de la resistencia una virtud. Pese a los contratiempos, el último en forma de ausencia de última hora de Rakitic, el Sevilla no salió mal al partido. Ante las bajas y las limitadas piezas con las que contaba en el centro del campo, Julen Lopetegui optó por variar su sistema y, de forma casi inédita, disponer un 4-2-3-1, con Jordán y Óliver en el doble pivote y Munir de enganche con En Nesyri. Y la verdad es que esa posición de los internacionales marroquíes dio su resultado de inicio. En esa posición de mediapunta dispuso Munir de hasta tres claras ocasiones llegando de segunda línea en pases y acciones laterales, ya fueran generadas por Tecatito por la derecha o Acuña por la izquierda. Cuando el West Ham se estiraba optando por una presión más alta, el Sevilla, sobre todo al principio, salía con cierta limpieza y luego podía llevar la pelota a los costados. Pero en cuanto el conjunto inglés comprobó que se defendía mejor replegado, sin salir tanto a la presión, ahí el Sevilla perdió fuelle ofensivo y Munir, que había llegado a zonas de remate con espacios, se perdió sin ellos. Incluso Julen optó por Corona en alguna opción en la mediapunta por aquello de jugar en espacios más reducidos. El conjunto hispalense perdió capacidad de sorpresa, aunque siguió contando algunas ocasiones de peligro, como un remate de En Nesyri de cabeza. Aunque también el West Ham replicaba. No desbordando, pero sí a través de Mijail Antonio, que en dos acciones, una en balón dividido y otra por arriba, generó el peligro inglés que solventó Bono de forma espectacular las dos veces, salvando dos goles. El Sevilla pues mantenía el partido equilibrado dando la sensación de que no quería dar un paso en falso ni arriesgar más de lo debido para no facilitar las cosas a los ingleses. Y lo mismo hacía el West Ham, resguardarse antes que arriesgarse. Pero tras el descanso el Sevilla demostró querer más. Sí que demostró ambición, y lo hizo desde el corazón y lo hizo con cabeza. Subió el conjunto nervionense un punto más de intensidad en la presión y subió su línea hasta ahogar al West Ham, que durante gran parte de la segunda mitad estuvo prácticamente encerrado en su campo resistiendo el acoso sevillista. El gol de Munir, en una excelente acción de estrategia, fue el premio a las muchas y variadas ocasiones que tuvo el equipo andaluz. En Nesyri, Ocampos, Óliver, Tecatito... todos remates, todos acciones dentro del área, lo que dice mucho del juego del Sevilla, de la zona del campo donde se dilucidaba el partido. Es cierto que Navas ya con el 1-0 salvó una clara ocasión de Lanzini, pero la diferencia de intensidad, calidad y corazón de la segunda parte no solo le dio la ventaja al Sevilla, sino que le insufla optimismo de cara a la vuelta siempre que muestre la misma cara. Mención especial a Jesús Navas. El palaciego ha vuelto y el equipo lo nota. La banda derecha vuelve a ser una fuente inagotable de acciones, de fórmulas y alternativas, lo que sumado a Acuña en la izquierda abre y mucho el campo, permitiendo además que entren en acción Tecatito y Ocampos, o los que estén en banda, aunque no estuvieran especialmente acertados.