Vergüenza no es sinónimo de crecimiento

Ahí lo tienen. Noche dura, pero dura. Noche vergonzosa. Otra más. Otra noche de lágrimas béticas porque hay béticos a los que esto les duele de verdad. Su Real Betis está otra vez en el infierno tras perder ante el Rayo Vallecano en un partido inexplicable. Bueno sí, que este Betis no está para cosas gordas. Desde arriba hasta el césped, pasando por el banquillo. Quien quiera hablar de crecimiento que engañe a otro. Ahí lo tienen. Porque al bético le duele perder ante el Rayo así. Lo tuvo perdido y después todo ganado. Pero se hizo el harakiri en una jugada de pardillos. Quién sabe que hubiera pasado con otro portero. Quién sabe lo que hubiera sucedido con otro entrenador. Quién sabe cómo sería el Betis con otros dirigentes. Será difícil saberlo. Salven a Loren, porque el marbellí hizo todo lo que tenía que hacer para ganar el partido. A lo mejor la llamada del Barcelona sería un premio merecido. Joaquín rompió en los penaltis lo que había arreglado antes, pero las miradas van a Rubi y al palco. Apunten esta noche porque tardará tiempo en olvidarse. La primera parte del Betis fue un horror. Pero un horror. Y no pongo horror en mayúsculas porque no se debe. Ganas dieron. El Betis no fue el Betis de los últimos partidos, más el Betis de fuera de casa y esta vez sin controlar el juego ni el balón. Claro está que el estilo del Rayo, a veces kamizake, tiene su aquel, aunque se esperaba a un Betis más dominador y con la presión mejor hecha. Ni una ni otra. El Rayo, sin hacer nada del otro del mundo, se puso a dominar. Cierto es que Dani Martín apenas tuvo trabajo, menos mal para el Betis, sobre todo porque la gran ocasión de la primera parte se marchó alta. Una gran jugada de tiralíneas que desperdició Joni Montiel. En el Betis, un cabezazo de Bartra tras un córner y pare usted de contar. Sobran varios dedos de una mano para contar las ocasiones. No hubo ocasiones porque el Betis no supo jugar. La mezcla entre Aleñá, Fekir y Lainez no lleva a un sitio bueno. Un copia y pega de chupones con el balón que no sueltan a la primera ni queriendo. Así era imposible. Todo lo contrario que Guido Rodríguez, que aprendió ante la Real Sociedad aquello de estar ya en LaLiga Santander: control y pase a la primera, o de primeras directamente.
Imperdonable
Pero el lío estaba por llegar. Otra vez, otra noche para amargar la ilusión de mucha gente, béticos en este caso. Una cantada descomunal de Dani Martín en un córner acabó con el gol de Catena. A unos centímetros de la línea de gol, en el área chica. Pero el portero se quedó parado, Guido no llegó y Catena marcó. El nombre de Dani Martín se convirtió en Trending Topic en unos segundos. El Betis estaba fuera y muchas miradas iban para el chaval. No está para el Betis, demostrado queda. Ya fue un manojo de nervios. Pero también para Rubi, poner al portero suplente que no está para jugar. Y también para los que fichan, que han fallado de forma estrepitosa en la planificación de la portería. Si de verdad el Betis va a luchar por la Copa ya saben que tienen una avería gorda. Poco a poco, el Rayo empezó a sestear y el Betis creció. Rubi ya se la jugó con Joaquín, Tello y Loren en busca del empate. Fekir empezó a jugar de verdad, sin soltar la pelota, pero ya era otra cosa. Y un control genial del francés acabó en el 1-1. Una contra perfecta tras un centro de Borja Iglesias, negado hasta entonces, y otro gol de Joaquín. Otra vez salvador Joaquín.
Más partido
La prórroga llamaba a la puerta pero todavía quedaba tela por cortar. Catena no marcó por poco tras otro error garrafal de Dani Martín en la salida y Loren remató al poste. El Betis, tal y como había sufrido, ya firmaba media hora más. Rubi hizo un cambio clave. No, no fue el portero. Entro Édgar por Borja Iglesias y el Betis ya se hizo más simétrico. Y al primer intento, el golpe. Vaya golazo de Loren, para callar aquellas bocas de los que todavía dudan de él. Es el mejor delantero del Betis, miren lo que hace, vean cómo marca. Y compañero al máximo. El 1-2 tuvo que servir al Betis para dormir el partido pero no lo logró. Bartra no pensó que a su lado tenía a un portero muy nervioso y una cesión no acabó en el empate de milagro. El Betis pudo sentenciar con dos ocasiones de Aleñá y una clarísima de Tello y en el fútbol, que no entiende de nombres, no puedes perdonar. Un grave error defensivo acabó en el gol de Andrés Martín, un chaval de Aguadulce que casi hace caer Vallecas. El partido llegó a los penaltis y el fútbol le dio una nueva oportunidad a Dani Martín. Por si alguien soñaba, era su turno. Luego el fútbol demostró que para ser héroe hay que valer, hay que merecerlo. Joaquín y Tello fallaron, vaya el partidito del catalán, y Dani Martín ni se enteró. Una noche negra, otra más. Una noche que marca el futuro de Rubi, el de varios jugadores y el de un proyecto que, digan lo que digan, sigue siendo una mentira. O salvan la temporada en LaLiga o más de uno tiene que picar billete. Y ojo al entrenador, que ha perdido en una noche lo que había ganado en unos partidos. Y los de arriba, el mensaje es claro: para hablar de crecimiento hay que saber lo que es el crecimiento. Pero, sobre todo, saber de fútbol.
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