Logo de Fútbol
Fútbol

Ganar en tiempos revueltos

Aduriz marca el 2-3 con un penalti 'a lo Panenka'.. Athletic Club
  • Salvando los muebles

  • Susaeta, el octavo pasajero

  • Así vivimos la espectacular remontada del Athletic en Atenas

Compartir

"Amar es para siempre". Serie que 'Antena3' que cambió de nombre luego de hacerse con sus derechos tras comprárselos al señor Eduardo Casanova, que la dirigía para TVE con el nombre de "Amar en tiempos revueltos". Amar es para siempre. Estaba viendo la exitosa de la serie de la sobremesa cuando, de repente, sin previo aviso, la pantalla muto de la ficción a la realidad. Últimas noticias. Mal augurio. Franco ya se murió. Serán otros. Y fueron. Eran. Lo habrían de ser con el paso de los minutos, cuando los caídos se convirtieran en heridos, los heridos en muertos, y los que no habían sido contabilizados pasaran a engrosar una lista de 80 dañados físicamente. 13 muertos. El 'once inicial' y las dos primeras sustituciones de un partido de fútbol. El Athletic jugaba en Grecia. Atento a la televisión, me atrapo el sueño. A las 20:15 me desperté. Más sobresaltado por el miedo a haberme perdido los primeros minutos de un partido que aún no había empezado que por el recuerdo difuminado de una Rambla barcelonesa en la que se había hecho un hueco la muerte, cerca de "Rambla 91 mercado de la Boqueria", atractivo mercado de exóticas viandas que tantas y tantas veces visité para hacer compras y 'vivir' el tiempo en mis eternos viajes a la capital condal... Podría haberme pasado la espera del partido pinchando cualquier canal de noticias para hacerme cargo del balance de la barbarie protagonizada por esos hijos de Ala que están convencidos de que tantas mujeres tendrá el harén de su paraíso como muertos dejen en la tierra antes de partir hacia el cielo en el que Mahoma les espera jugando al ajedrez. Desde la casa de los sueños, pues eso, soñar, pero no resucitar a los muertos ni sanar a los heridos. Me deje llevar por la inercia. Y hasta sentí alivio luego del susto que pase al creer que, por culpa de mi dormida, me había perdido minutos del partido de mi Athletic.

En Atenas. Contra el 'Pana' de Ouzounidis, técnico heleno que, en un ataque de mítica osadía, había declarado en la previa que "él Dinamo le tuvo excesivo respeto al Athletic". Pecado mortal para el entrenador del equipo verdoso. Se aplicó el cuento. Le perdió el respeto a los leones ya de salida. Se trataba de ir a la guerra. A por ellos, oe, Troya en los ancestros, una Odisea en toda regla. Sucede que, yo así lo veía, Ulises era mi Athletic, Penélope, yo, tumbado en una cama, a la espera, destejiendo y destejiendo unas ilusiones que de mala manera y con peor fundamento tejia, pura ilusión, contemplar con  el deseo lo que con los ojos no veía, imposible, el Athletic era un ejército timorato al que los soldados de Marinos Ouzounidis  le estaba dando una tunda brutal cuando, como y por donde se lo proponían. Pintaba mal la batalla. Sin lanzas para atacar. Sin cascos ni corazas para defenderse. Lekue, por la derecha. Valverde sigue vivo en la mente de Ziganda, y Cuco tiende a repetir sus 'tics'. El eléctrico Susaeta, en la bancada, castigado por "haber estado jugando tan bien hasta ahora"; pero es que ¡más madera, esto es la guerra! ¿Me entiendes, Susa? No sé si Markel le llego a entender. Yo, al menos, no, y eso que, tú lo sabes bien, Cuco, eres santo de mi devoción... Y fue así que llegó lo que tanto se temía. Un balón aéreo se lo robaron a Etxeita en el borde del área. El cabezazo derivó en pase. El control, en regate perfectamente orientado. Lod lanceó a Herrerin: fusiles no había en la época de la épica de Homero. El Athletic estaba siendo superado, desbordado. Se intuía la debacle. El descanso no sirvió sino para alargar la espera del segundo gol, obra de Cabezas, cuya figura, por ecuatoriano y no nativo (en una 'peli' de mitología griega), chirriaba en la escena como un rolex en la muñeca de una de romanos. 55' 28". Y de repente, el Athletic se empezó a desatar. Tal vez coincidiendo con la irrupción de Williams, que suplía a Lekue. Quizás, no. Pero sea dicho que antes de que el Athletic empatara, los leones ya habían abierto las fauces y sacadas sus garras a relucir... Y fue así como, en seis minutos, el Athletic volteo hasta el KO una pelea  que estaba claramente perdiendo a los puntos. Así son los combates. Las batallas. Gana el que consigue matar, no el que más heridos y pánico está provocando en las filas enemigas. El centro de Muniain, a pierna cambiada, desde la izquierda, con efecto hacia dentro y tocadito, fue una bicoca para Aduriz, que machaco de cabeza al 'jodido' 'Lajodimos' (bramaría su entrenador), así se pronuncia 'Vlachodimos', la V inicial es puro ornamento, y el resto ya se verbalizó. Odisseas pone en su dorsal. Empezaba la tragedia para el pobre pueblo griego, que sentía como si el ejército vasco se hubiera plagado de cretenses: maldito arquitecto Dédalo, su laberinto y el Minotauro, que era el Athletic, bestia insaciable que iba a deguello a sabiendas de que Teseo no se hallaba presente en el estadio, que  andaba  'festeando' con Ariadna en las fiestas de un pueblito de la volcánica Santorini... ¡Y luego dicen que Balenziaga no sabe centrar; que no la toca, menudo pase el que le puso a "Desmarques"!, volea brutal del 'hijo de la Rioja alavesa'. Ver para creer. No pares: sigue, sigue...Y Aduriz se fue a la guerra, en compañía de su soldadito Iñaki. Abrió a la derecha Aritz. Controlo su compañero. Recortó hacia dentro. Pico su marcador. El balón sobre el punto fatídico, el del círculo y la cal. Y el Zorro, a lo Panenka, con el tercero, el de la remontada, noqueó al 'Pana'. Luego de su Odisea, triunfante regreso mi Ulises de la guerra de Troya. Batalla. El segundo acto, en plena Semana Santa. No conviene bajar la guardia. Lo digo por lo sucedido en la Rambla de Barcelona. Los torcidos hijos de Ala no dejan de amenazar desde el inframundo. Cuantos más muertos acumulen en su expediente, más tías buenas y fruta fresca componiendo el escenario de un haren. Esta crónica está manchada de sangre. Y no es por mi regla. Me llamo Penélope. La mujer que ha escrito estas letras antes de irse a la cama para sentir el calor de su amado Athletic en un mundo que el ser humano no se merece.  Post-Scriptum: 13 siguen siendo los muertos; los heridos han alcanzado la centena. Por Luis María Pérez, 'Kuitxi'. Futbolista, periodista, montañero, pero sobre todo escritor: cuentos, relatos, cronicas, artículos radiofónicos, literatura de viajes. @LuismaPrezGartz

Temas