La Copa que se cayó dos veces
Así vivimos el Real Madrid-Sevilla
Tenía ganada la final el Sevilla, y la dejó ir. Tenía la final igualada el Sevilla, y la dejó ir. Dos veces perdió la final el Sevilla, el nuevo Sevilla de Jorge Sampaoli, que se presentó en sociedad con una propuesta inacabada, digna en ataque, digna en creación, pero ñoña en defensa. Hizo méritos por dos veces el equipo nervionense para casi llevarse el título y para casi llevar el duelo a los penaltis, pero también hizo deméritos por dos veces para regalarle la prórroga al Real Madrid y para regalarle luego el título cuando ya casi se escuchaba el silbato del final. Esas dos acciones, permisivas, faltas de espíritu y competitividad, falta de fuerzas también, lastran el debut del este nuevo Sevilla, cuya propuesta fue al menos válida, y de hecho casi le da el título, pero que hizo aguas por lo bajo, por la defensa. Fue, en todo caso, el conjunto hispalense, competitivo hasta que se supo ganador, competitivo hasta que creyó que el trabajo había acabado. El enfado de Pareja con el tanto en el descuento de Sergio Ramos define bien esa sensación. Hasta entonces, e intentando excluir esos errores, esas licencias tan definitivas, la nueva propuesta fue, decimos, válida y casi triunfadora. La segunda parte, de hecho, fue mejor que la de un pobre Real Madrid, que se escapó con vida. Esa segunda mitad de toque, de control, de posesión, fue lo que debe valorar la hinchada sevillista, aunque posiblemente no le valga para paliar la decepción de un título que casi estaba en las vitrinas de Nervión. Fue el control lo mejor del Sevilla, que tampoco es que tuviera exceso de remate ni de peligro, pero sí de control de pelota. Lo peor, los fallos, de esos que no se perdonan. La propuesta del Sevilla empezó con tres defensas, pero a los pocos minutos ya mutó a los cuatro defensores a la hora defenderEl arranque del partido arrancó como un sudoku sevillista. No se sabía muy bien si el equipo de Jorge Sampaoli iba a jugar con tres atrás, con un 3-4-3, con un 5-4-1 o con un 4-3-3. Fuera como fuera que tenía planteado el partido el técnico argentino, a los cinco minutos un grito suyo que se escuchó en todo el campo clarificó la situación: "Nicooooo, cuatrooooo". Cuatro atrás, dicho y hecho. A partir de entonces el Sevilla empezó a defender con cuatro futbolistas, y a atacar con... muchos. La disposición cambiaba de una formación a otra según donde estuviera la pelota, pero a veces había cierta indefinición en algunas circunstancias del juego. Porque con la pelota faltaba dinamismo, velocidad en la circulación. Y sin ella se echaba en falta más espíritu agresivo, encimar más a los futbolistas del Real Madrid. El caso es que los primeros minutos sevillistas no fueron buenos, fueron confusos, y esa confusión aumentaba con algunas pérdidas de la pelota en la salida, con los sustos de Iborra o Rico al intentar sacarla jugada desde la cueva ante la presión merengue y acabó de tomar cuerpo con un golazo de Marco Asensio desde fuera del área que se coló por la escuadra. Imparable su disparo, pero algo más se podría haber hecho con el posicionamiento para el rechace, bastante deficiente. Nadie se acordó de cerrar. Pero al menos el gol sirvió para cambiar la dinámica del partido. El Real Madrid, que estaba consiguiendo controlar el partido claramente presionando la salida del Sevilla, se echó atrás, esperó en la cueva y permitió que la idea de Sampaoli empezara a coger forma en el campo, muy poco a poco, sin brillantez y sin sorpresa, pero con posesión. El equipo nervionense empezó a tener la pelota con cierta solvencia, aunque sin pisar área, y cuando la perdía ponía en práctica aquello de presión y robo. Surtió algún efecto, en una ocasión de Carriço, en otra opción de Vázquez... Pero tenían que ser acciones aisladas porque al Sevilla le faltaba velocidad, dinamismo, sorpresa. Pero igual que Asensio se sacó un latigazo imparable de la nada, Franco Vázquez se sacó un zurdazo inteligente entre la maraña de piernas que había provocado una caída a banda de Vietto y un pase Vitolo. El Sevilla empató sin hacer grandes méritos, pero tampoco fueron grandes méritos los del Madrid para adelantarse.
Mejor segunda parte del Sevilla
El caso es que se fue al descanso el Sevilla con el empate, y no era mala cosa. Y con esa igualada se fue y volvió del descanso. Y volvieron ambos equipos con más intensidad, y con intenciones más definidas. El Real Madrid seguía esperando, esperando esa contra en superioridad que le diera un segundo gol, aunque el partido ya estuviera igualado. El Sevilla mantuvo su posesión, su idea desde el control, y eso no varió ni cuando entraron Benzemá y Modric. Sin demasiada llegada, sin demasiado remate ni brillantez, el conjunto de Sampaoli dominaba a su rival. Y jugaba en campo contrario. Apenas sufrió en algún remate de jugada parada de Sergio Ramos, pero llevó la iniciativa en el partido. Y curiosamente, más aún con un cambio que a priori pareció extraño pero que resultó productivo. Sampaoli retiró a Vietto para dar entrada a Konoplyanka, y el Sevilla, aunque sin demasiado remate, controló aún más la pelota y se encontró aún más cómodo, con más opciones. Era un Sevilla horizontal, pero aseado. Y además entre tanta horizontalidad encontró el equipo andaluz al más vertical de los suyos, a Vitolo. Y Vitolo, decisivo en la final de Basilea, decisivo en tantas eliminatorias, decisivo en tantos partidos, volvió a ser decisivo. Controló la pelota en el pico del área, y ante la falta de apoyos se buscó la vida, un recorte, otro, se metió en el área y se la lio a Sergio Ramos, que ante la penetración del canario no pudo evitar cruzarse y provocar el penalti que luego transformó de manera tan magistral Konoplyanka, dando el pase a la red para hacer el segundo gol y consumar la remontada. A apenas dos minutos del título, dos fallos de marca y la falta de concentración concedió el empate al Real Madrid cuando la Supercopa ya era sevillistaEl Real Madrid, Zidane, fracasado en su planteamiento, sacó entonces a James y tiró al equipo arriba, entonces sí. El Sevilla, con todo, respondía bien a las acometidas merengues, se encontraba cómodo incluso defendiendo. Se agotaba el duelo poco a poco con el conjunto nervionense controlando la situación aparentemente, quizás con poco instinto asesino. Alcanzó el descuento el conjunto de Sampaoli, acariciaba la Supercopa ya en el minuto 92 cuando un balón suelto al área, un buen pase de Lucas Vázquez, la indecisión del meta y la zaga se convirtió en el castigo un tanto injusto. Sergio Ramos igualó otra vez en el descuento y llevó el partido a la prórroga en un fallo defensivo que no se debe ni se puede tener cuando la copa se acaricia. Ese espíritu defensivo, aunque sea para situaciones concretas, hay recuperarlo, trabajarlo. Se fue el partido a la prolongación con el Sevilla en franca depresión por la victoria que se le fue y que tenía que volver a conquistar. Al bajón terminó de colaborar Kolo, que vio su segunda amarilla nada más comenzar la prórroga y dejó a su equipo con diez. El Real Madrid apretó, incluso volvió a marcar, aunque anuló el colegiado por un leve agarrón de Sergio Ramos a Rami al inicio de su desmarque, antes de volver a rematar y hacer ese segundo gol que acabó sin subir al marcador. El gol de Carvajal llegó ante la pasividad de la zaga nervionense y el absurdo balón perdido de KonoplyankaSe defendió como pudo el Sevilla ante la superioridad merengue. Y en los últimos minutos de la primera mitad de la prórroga incluso logró un córner y un remate. La segunda mitad fue, con el campeón de Europa League fundido (cambios agotados, Pareja lesionado, Kiyotake acalambrado, Vázquez apagado), parecía ser de Sergio Rico. Hasta cuatro paradas, dos de ellas decisivas, realizó el meta internacional, que mantuvo a su equipo con vida hasta que el conjunto nervionense hizo el pasillo, ayudado por el cansancio sin duda, a Carvajal, que hizo una diagonal desde la banda derecha en el mediocampo hasta el área para matar las esperanzas sevillistas, que vio cómo se le iba por segunda vez la final, de nuevo en los últimos momentos del encuentro. Todos los resultados en resultados.eldesmarque.com
