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Un año con el técnico que encabezó el cambió en el Valencia

Valencia a sus pies.
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Este viernes se cumple un año de Nuno Espírito Santo en el Valencia CF. El técnico portugués, que en su primer año ha obtenido unos resultados espectaculares en Liga, con un juego discreto; fracasó en la Copa y ha logrado devolver al equipo a Europa; ha conseguido además hacerse con todo el poder deportivo de la entidad.Y es que, coincidiendo con su aniversario, Nuno ya es de facto no sólo el entrenador del primer equipo, sino el hombre de Peter Lim en el Valencia. Con el camino despejado sin el presidente Salvo y sin el director deportivo Rufete, pues ambos han presentado su dimisión hace unos días, el portugués secundado por su agente Jorge Mendes, proponen, hacen y deshacen en la política deportiva del club. Su llegada al Valencia estuvo marcada por la polémica. Nuno sabía que no era el elegido, que era una condición de Peter Lim para comprar el club. Es más, Rufete reconoció públicamente que su entrenador era Pizzi y no se lo perdonó jamás... Y acabó ganándole la partida.Con el transcurso de las semanas, Nuno fue convirtiendo su Valencia en un conjunto sólido en casa, que sacaba los partidos con más eficacia que efectividad y que naufragó en Copa. La llegada del mercado de invierno produjo el segundo gran desencuentro entre Nuno y sus por aquel entonces jefes. Él quería tres fichajes, anunció cambios estructurales pero Rufete y Salvo ganaron la partida. Convencieron a Layhoon Chan y sólo llegó un refuerzo, Enzo Pérez. Cierto es que consiguió que le quitaran de enmedio a Joao Pereira.  

Sería la última vez que Nuno perdiera la partida. El entrenador consiguió devolver al Valencia a la Champions League y, ungido con el éxito del objetivo conseguido, se dispuso a dar el último golpe de mano: convertirse en manager deportivo. Así, tras dos cumbres deportivas a su vuelta de vacaciones en las que "teóricamente" iban a ir de la mano Rufete, Salvo y el propio Nuno, el técnico salió y con Jorge Mendes a la espalda del presidente y del manager deportivo, fichó a Rodrigo Caio y estalló la crisis en el club, que acabaría con la dimisión del director deportivo -ninguneado en las decisiones importantes- y con el adiós prematuro del presidente. Previamente, con su OK, el equipo había firmado a Joao Cancelo por 15 millones de euros y había desestimado, entre otros, a Giannelli Imbula, el preferido de Rufete. La herida era tan profunda y el cambio estructural en el Valencia se había producido: En los despachos mandaba Layhoon Chan y en la parcela deportiva Nuno.Sus últimos movimientos han sido desbloquear la renovación de Dani Parejo, que ha ampliado hoy mismo su contrato con el conjunto de Mestalla; e incorporar a Phil Neville a su cuerpo técnico. Otro hombre de la esfera de Peter Lim      Nuno con su agente y amigo inseparable Jorge Mendes

Deportivamente se le acusado de bisoñez, pero no es menos cierto que el técnico ha sido uno de los ponentes en la conferencia mundial de entrenadores celebrado recientemente en Sevilla. Es más, pasará a la historia ya por ser el técnico más   Futbolísticamente sus planteamientos se puede resumir en: 

1.- Nuno no quiere el balón, quiere marcar goles.

El técnico valencianista detesta las posesiones largas, estériles y que ponen en riesgo a su equipo. Su Valencia quiere el balón para hacer daño, no para tenerlo por que sí. No le gusta que su equipo toque y toque sin sentido. Para ganar partidos no hace falta acabar con un 70% de posesión, el Valencia de pretemporada acababa con mucha posesión, pero también sin poder marcar goles. Nuno les inculcó a sus futbolistas que menos tocar y más buscar la portería rival.

2.- Verticalidad ante todo. André Gomes es su fetiche y Parejo su discípulo.

Nuno insiste a sus jugadores, en especial a los centrocampistas, primero para que adelanten lapresión y así recuperen rápido el balón -si puede ser en campo contrario mejor- y que salgan disparados al ataque. Posesiones cortas, balón rápido arriba y a correr al ataque es su norma. Gusta especialmente la verticalidad de André Gomes porque el futbolista toda su potencia la usa para romper líneas rivales. Parejo, en cambio, está haciendo todos los goles que el técnico quiere que la segunda línea aporte ocupando los espacios que abren los delanteros.  

3.- Los delanteros deben moverse y sacrificar: hay que buscar y generar espacios.

Los puntas en este Valencia a imagen y semejanza del Valencia campeón con Benítez, tienen un papel relevante a la hora de generar espacios y moverse para crear huecos y desajustes en la defensa contraria. Los delanteros están marcando pocos goles pero no es una casualidad o una preocupación, sino una causalidad, un efecto buscado para que la segunda línea llegue con más claridad al área contraria y sorprendan. Eso justifica que los delanteros no tengan grandes cifras goleadoras como el año de la primera Liga de Rafa (Parejo es el máximo realizador con ocho goles).

 

4.- Los goles llegan segunda línea.

El sacrificio de los puntas tiene una recompensa. Al caer en banda y generar espacios en el centro permite que los medios y los jugadores de segunda línea lleguen a las inmediaciones del área. El abc del juego de Nuno quedó plasmado en el gol que marcó André Gomes contra el Córdoba la semana pasada. De Paul -que hacía las veces de delantero- cae a banda izquierda y, tras recibir la pelota, los dos interiores (Rodrigo Moreno y Piatti) buscan el primer palo para generar un espacio que aprovecha André Gomes llegando desde atrás para marcar libre de marca.

5.- La defensa tiene que seguir siendo impenetrable.

El juego de ataque empieza a funcionar, aunque los delanteros no marquen. Sin embargo, de lo que más orgulloso se siente Nuno es de la solidez defensiva de su Valencia. El equipo encaja pocos goles y se muestra agresivo (Sus defensas ganan la mayoría de duelos a los delanteros rivales). Esta solidez se ha transformado en una imbatibilidad casi a prueba de bombas. Si el Valencia se pone por delante, a diferencia de otras temporadas, es imposible que el rival le dé la vuelta al marcador. De hecho, esta temporada no le han remontado ningún partido al equipo de Nuno.  

 

6.- La portería a cero es la base del éxito.

Esta solidez de la línea integrada por Barragán, Mustafi, Otamendi y Gayà de nada serviría sin el excelente estado de forma que atraviesa el meta Diego Alves. El técnico, y el club, le han dado toda la confianza al brasileño y él ha respondido convirtiéndose en el mejor portero de la Liga. Es el segundo menos goleado por detrás de Bravo, con la sensible diferencia que a Alves le han tirado 80 veces; mientras que al del Barça sólo le han lanzado 46 veces.  

  

7.- No hay un once fijo; sino diversas opciones durante el partido.

El técnico ha aprendido que más que un once fijo, debe plantear los partidos con dos o tres planes diferentes. Opción A; un delantero centro o dos a los que los hombres de banda le surtan de balones: Ahí entra la opción de Feghouli o Rodrigo Moreno y Piatti en as bandas y Negredo en punta; la opción dos, un delantero móvil con mucha movilidad como Alcácer, De Paul o Rodrigo que caiga constantemente a las bandas y que trabaje para que los hombres del centro del campo lleguen con claridad.

8.- Los hombres de banda deben crear superioridades y facilitar los espacios arriba.

Los hombres de banda son vitales en el esquema de Nuno. Su función es doble. Por un lado tienen que presionar arriba para generar desajustes en la defensa contraria, superioridades y así facilitar la creación de espacios. Por otro, sobre todo cuando el equipo juega a poner balones a los puntas; deben estar atentos para ayudar a las coberturas de los laterales: Feghouli no ayudó a Cancelo lo suficiente y por ahí llegó el penalti que el Córdoba provocó ante el Valencia. 

9.- La principal fuerza del grupo debe ser mental.

Desde la charla famosa de "la mierda que me la tiren a mí" que desveló ElDesmarque el técnico se ha obsesionado con potenciar la fuerza mental del grupo y con aislar a sus futbolistas de la presión externa. Nuno lo tiene claro: cuando pierden es culpa suya; cuando ganan, es mérito de todos. Bunkerizar a la plantilla conseguirá que las críticas por el mal juego o las recibidas por la prematura eliminación de la Copa no afecten para seguir mejorando y consiguiendo resultados en Mestalla y fuera.  

10.- No preocupa el mal juego.

Con todo lo expuesto, y conseguido: un grupo que encaja pocos goles, que sabe cómo atacar y que es un bloque psicológicamente fuerte al que no le remontan partidos y que se aísla de la presión externa; el técnico no sólo no está de acuerdo con las críticas que ha recibido el juego del equipo; sino que ha dejado de preocuparle. Dónde la crítica ve mal juego, el técnico considera que es que se está realizando el trabajo tal y como él pide, y así se lo ha hecho saber a sus futbolistas y al entorno.