La postura más calmada de Del Nido Benavente en la Junta del Sevilla: "Gracias por el exceso de tiempo"
Mantuvo un tono menos beligerante, aunque su intervención final fue la más interesante de la Junta
Del Nido Benavente descarta ser presidente del Sevilla: "No hay posibilidad de victoria"
Una de las grandes incógnitas sobre la Junta General de Accionistas del Sevilla FC 2025 estaba personificada en José María del Nido Benavente. El máximo accionista a título individual de la entidad llegaba después de meses de silencio, algo nada habitual en él, que especialmente cuando se asomaba una asamblea a la vuelta de la esquina empezaba a tomar protagonismo judicial y mediático. Esta vez no, no había solicitado medidas cautelares ni había lanzado mensajes públicos.
Desde el verano, sus apariciones fueron contadas. Solo a mediados de septiembre en sus redes personales, y a principios de noviembre tras declarar en los juzgados al ser denunciado por Sevillistas Unidos 2020. Se esperaba su presencia en la Junta de Accionistas, pero con dudas sobre el papel que tomaría en el cónclave.
Del Nido Benavente llegó acompañado por parte de su grupo, pero ya había novedades. Para empezar, no iba con él su hijo Miguel Ángel, habitual acompañante y uno de los más beligerantes contra la gestión de su hermano José María. En otras asambleas también le acompañó su hijo Adrián, pero es cierto que su presencia tampoco era habitual. Además, no acudieron esta vez como representantes jurídicos ni José Manuel García Quílez ni Ricardo Astorga, socios fundadores del bufete Zurbarán, siendo Pablo Gutiérrez-Alviz el abogado que le acompañaba. Junto a él, piezas clave de su grupo como Enrique de la Cerda, Ángel Delgado o el exfutbolista Diego Rodríguez, así como Ricardo Galán de Vega, uno de los empresarios que anunció en su día que formaban parte de su equipo y que fue muy crítico con el consejo.
Tres intervenciones y un tono menos bélico
El expresidente tomó la palabra en tres ocasiones. Nada más comenzar para expresar sus reservas a que el pacto de gobernabilidad de noviembre de 2019 fuera nuevamente aplicado. “No consiento que nadie supla mi voluntad y mi voto en esta junta general”. No le sirvió para nada, pues sus acciones, unas 21.000, fueron excluidas de unas votaciones que el consejo ganaría con abrumadora mayoría durante toda la sesión. “Gracias por el exceso de tiempo”, dijo al terminar su primera intervención, que se había excedido de los cinco minutos, demostrando que el talante era distinto a la guerra de guerrillas de las anteriores juntas de accionistas.
Rozando las tres horas de junta, volvió a hablar en el turno destinado a valorar las complicadas cuentas del club. Tenía diez minutos, pero ni siquiera llegó a la mitad. Preguntó por el crédito de Goldman Sachs y por el despido de José González-Dans y su sustituto, y acabó su segunda intervención con una acusación más a su estilo, obviando llamar a su hijo por el apellido Del Nido. “Cuando hace cuatro años anuncié que estabais creando un club ruinoso, acumulando perdidas de todo orden que llevaría a la sociedad a entrar en causa de disolución se me dijo de todo. Nefasta gestión de los señores Castro y Carrasco. con la colaboración de las familias Alés, Carrión y Guijarro. Récord Guinness en no tener el apoyo de los accionistas, los abonados y los sevillistas”.
Sus palabras sobre la venta
Del Nido Benavente, que sí se levantó más airado cuando un accionista acusó a todas las familias de grandes accionistas de ser iguales después de unas palabras de Ángel Delgado sobre el valor que tendrían las acciones de los pequeños accionistas si se produce la venta, tuvo su intervención más interesante en el turno de ruegos y preguntas.
El proceso que vive el Sevilla y la posibilidad de que caiga en manos extranjeras fue prácticamente tema tabú para la mesa que presidía la junta, pero el expresidente sí hizo públicamente las preguntas que se hace todo sevillista. “¿Se está vendiendo el club? ¿Hay alguna oferta? ¿El señor Pérez Solano esta también vendiendo mi parte? ¿Quién es el presunto ofertante? Yo no tengo ni idea. No se me ha informado siquiera de la posibilidad de vender el club, y aglutino el 40% del capital, con lo que eso supone estatutariamente”. Con esas palabras, prácticamente acabó una junta que puso en evidencia el nuevo papel de José María del Nido Benavente, abocado prácticamente a vender sus acciones y consciente de que su sueño de volver a la presidencia se ha esfumado.
