El proyecto fallido que viene

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Víctor Orta, en el partido ante el Real Madrid.. Kiko Hurtado
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SevillaNo hace falta escribir un artículo de opinión para argumentar que el proyecto del Sevilla FC para la temporada 2024/25 ha sido un desastre. Con el cadáver aún caliente de un ejercicio esperpéntico, calificar el incalificable bochorno de lo sucedido en diez meses de desesperación es complicado sin caer en palabras gruesas. El Sevilla ha hecho todo lo posible para irse a Segunda división, torpedeándose desde dentro con el escándalo como compañero cotidiano. Reducir la temporada al error de Diomande en el descuento del partido ante el Leganés es demasiado simplista, pero menos mal… Todo comenzó mal, y el club ha sido capaz de cometer tres errores en una misma temporada con respecto a un entrenador. Cometió una equivocación al fichar a García Pimienta en junio, un mayúsculo disparate al renovarlo en septiembre, y un comprometedor fallo al destituirlo en abril.

 García Pascual, en el Villarreal-Sevilla.
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Nunca antes había errado un club tres veces con un mismo técnico en la misma temporada. Y tal ‘logro’ solo está a la altura de la oda al despropósito en el que se ha convertido el que fue un club ejemplar hasta hace nada. En esa línea está el de jugar toda la temporada sin un delantero digno de ese nombre en la élite, renovar una portería deficiente, dejar al equipo con solo un lateral izquierdo al que le pesan las piernas a la hora de la verdad, o reducir al mínimo una plantilla totalmente carente de calidad. También la decisión negligente de recluir a Suso en el ostracismo, calidad encerrada entre tanto mastuerzo.

El Sevilla cometió una equivocación al fichar a García Pimienta en junio, un mayúsculo disparate al renovarlo en septiembre, y un comprometedor fallo al destituirlo en abril

Temor a la próxima campaña

Pero no, el proyecto fallido no solo es el de esta temporada. Desde ya, se está cociendo algo igual o peor para la siguiente. Hace doce días que el equipo consiguió la permanencia y, de momento, los que seguirán tomando las decisiones seguirán siendo los mismos. Ojiplático asiste el sevillismo a la permanencia de Víctor Orta en el cargo de la dirección deportiva tras dos años sumando 41 puntos y echando los higadillos para mantener la categoría. La herencia recibida -véase Marcao y Nianzou- pesó, claro, pero no es el salvoconducto eterno para el fracaso continuado. No solo eso, sino que además se le permite seguir poniendo entrenadores encima de la mesa. Después de Diego Alonso y el propio García Pimienta, enmendado por el consejo con nombres de otros tiempos como Quique Sánchez Flores o Joaquín Caparrós para los momentos clave, al director deportivo madrileño se le permite seguir proponiendo nombres que para nada casan con la filosofía que siempre le ha funcionado a este club. No se ha enterado de nada, y parece que nadie en este barco sin rumbo hace el esfuerzo de explicárselo.

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A Víctor Orta se le permite seguir proponiendo nombres que para nada casan con la filosofía que siempre le ha funcionado a este club. No se ha enterado de nada

Los cambios en la cúpula

Desde el momento que se firmó, Accionistas Unidos del Sevilla FC calificó el pacto firmado por los grandes accionistas -exceptuando a la familia Carrión- en noviembre de 2019 como un problema grave para el futuro de la entidad. Lo que ellos llamaron ‘pacto por la pasta’, los mandamases nombraban como ‘pacto de gobernabilidad’, y el tiempo ha dado la razón a los que más dudaban, solo era un acuerdo para tratar de enriquecerse y no para dar estabilidad al club. Casi seis años después, la entidad vive la situación societaria más difícil del Siglo XXI, y ese acuerdo firmado, traicionado y judicializado hasta la extenuación maniata el futuro de una institución más que centenaria que hasta hace no tanto era ejemplar. Los cambios en el consejo son tan necesarios como enrevesados en este momento, penden del hilo del acuerdo de personas con una íntima enemistad. Solo cabe tener fe para que la generosidad les ilumine para propiciar, por primera vez en mucho tiempo, lo mejor para el Sevilla.

 Del Nido Carrasco y José Castro, en el partido ante el Real Madrid.

Y lo mejor para el Sevilla es empezar de cero a partir de este lunes. Desde el portero al presidente, aprovechando las pocas piezas salvables de este engranaje que está a punto de gripar. Del lunes o del regreso de Casablanca como muy tarde, cuando el avión coincidirá en el aire con los miles de béticos que viajarán a Polonia a disfrutar de lo que tantas veces gozaron los sevillistas. Si eso no les da que pensar…