Yo no soy del Athletic por las victorias

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El Athletic tiene que bandearse en una época de olas peligrosas.
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Desde el primer momento en el que me enfundé la camiseta rojiblanca mientras enfilaba la Calle Licenciado Poza supe que yo no era del Athletic Club por las victorias. Fue el 16 de enero de 2005 en un partido de LaLiga Santander ante el RCD Espanyol. Previa a esa fecha, los momentos nítidos que guardo sobre el fútbol son prácticamente inexistentes más allá de pedir por favor que me revisaran en el teletexto los resultados de la jornada. Todavía recuerdo con emoción cruzar los tornos de acceso al campo y el instante en el que atravieso por primera vez los vomitorios y diviso el terreno de juego de La Catedral. Y allí, con 7 años recién cumplidos y sentado en mi localidad de la tribuna este baja, hice realidad el sueño que todo aficionado ansía: Ver a su Athletic en San Mamés.

El único título que he visto ganar desde entonces es la Supercopa del 2015, por lo que se podría decir que nunca he conocido a un Athletic campeón.

 Josu Urrutia y Ernesto Valverde posan con el trofeo de la Supercopa obtenido en el Camp Nou.

Crecí entre momentos deportivos duros, con temporadas en las que el descenso a LaLiga SmartBank era una posibilidad que se barajaba, al igual que a estas alturas de 2020, en la prensa y opinión pública. Pero nada tiene que ver. Puede que quizás, fruto de la inocencia infantil de esas temporadas no fuera consciente de lo que se vivía en el Club, pero en mi mente tengo grabada una frase de un aficionado rival al salir de San Mamés en uno de esos partidos delicados. “Es increíble como anima su afición durante el partido y como hacen saber su malestar una vez acaban los 90 minutos”.

¿Dónde quedó aquello que fuimos?

Ahora, los estadios están más vacíos que nunca, aunque antes de la pandemia, el aspecto que presentaba el graderío del campo al final del encuentro era también en ocasiones desolador. ¿Nos habremos malacostumbrado a llegar a puestos europeos?

 Oihan Sancet vuela sobre Iñaki Williams tras marcarle un gol al Sevilla FC.

¿Estamos sabiendo adaptarnos en el Athletic al nuevo fútbol?

Personalmente soy de la opinión de que para un club como el nuestro el mero hecho de permanecer con los mejores es ya algo que celebrar, pero a pesar de que siempre espero poner la mira en un objetivo más ambicioso, es el verde el que después te coloca en tu debido puesto. Las conclusiones quizás son aún precipitadas por el corto número de jornadas que se han disputado, pero parece que igual este año no se puede apuntar tan alto. En los momentos difíciles es donde hemos de sacar nuestra unión y fuerza para enderezar el rumbo. No debemos obcecarnos en la crítica agresiva, sino en la constructiva, porque en esta ocasión la frase divide y vencerás el único efecto que tendrá es el contrario.