513 días habrían sido demasiados
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Por fin. 512 días, 73 semanas exactas y 22 partidos han tenido que pasar para que el Sevilla FC volviera a ganar fuera de casa. Otra vez un 2-3, como aquel mes de mayo en Málaga, sufriendo al final cuando el partido parecía sentenciado, ante un equipo que vestía de blanquiazul y con ese rojo tan sevillista como color de camiseta. Un deja vu tan desquiciante como, a la postre, precioso. 513 habrían sido demasiados para un equipo al que los puntos se le meten prácticamente solos en un bolsillo que de filosofías no entiende. Pero absolutamente nada. El partido estaba marcado en el calendario para acabar con una pesada losa. Tanto es así, que pese a los precedentes casi un millar de sevillistas se desplazaron a Leganés, cuando la historia reciente invitaba más a quedarse en casa o, incluso, a salir a darse un relajante paseo sabatino. Cualquier cosa antes que ver jugar al equipo lejos de Nervión. La primera duda del partido era la posición de Iborra. El valenciano fue la única novedad en el once de Sampaoli, que decidió dar descanso al apercibido Gabi Mercado. Finalmente, el capitán se situó como central izquierdo, lo que deja claro que el argentino no termina de ver a Kolo en el centro de la zaga. El primer tiempo del Sevilla fue, como es habitual, bastante malo. Los primeros 20 minutos pésimos y el resto, desde el gol, simplemente mediocres. El Leganés comenzó presionando arriba y replegándose con solvencia, lo que incomodaba y mucho el juego de los blanquirrojos, que no se encontraban en el césped de Butarque. Si Luciano –el delantero pepinero- hubiera tenido su día, el partido se habría puesto muy cuesta arriba para los nervionenses en su primer cuarto. Pero la calidad en las áreas acabó por imponerse. Sin haberse anotado apenas llegadas claras, el Sevilla se puso por delante justo cuando empezaba a despojarse del dominio local. Franco Vázquez inició la jugada, se la dio a la derecha a Mariano y Vietto, desde el lateral del área, le puso un centro medido al ‘Mudo’ para que rematara a gol en el primer palo.
Desde entonces, como es lógico, los de rojo se encontraron algo más cómodos, pero no tuvieron la mínima opción de rematar al rival. Tenía más la pelota el Sevilla, pero eso no se traducía ni en profundidad ni en ocasiones, aunque el Leganés acusaba el golpe y ya no llegaba con tanta claridad. Sólo una falta de Rubén Pérez en el 35’, bien despejada por Sergio Rico, y una tangana después de que los locales no devolvieran un balón sacado del campo por los visitantes y Franco Vázquez se jugara la segunda amarilla, pusieron algo de sal al final del primer acto. Sampaoli sacó a Mercado por Vázquez y adelantó a Iborra, un cambio a priori defensivo pero que hizo que se le cayera la defensa y el Leganés empatara.Tras el descanso el Leganés salió picado y pronto se fue arriba, con una doble ocasión de Szymanowski. El empuje pepinero metió atrás a los hispalenses, que durante muchos instantes del partido tenía a los once jugadores en el último tercio del campo y, por ejemplo, a Ben Yedder defendiendo en el lateral del área. Habrían sido los quince minutos más defensivos de la historia reciente del Sevilla si el gol no hubiera llegado en el 57’. Todo acabó con un jugadón de Escudero, que se vistió de atleta y fue sorteando rivales hasta plantarse en la frontal, se la cedió a Vietto y éste se la puso con calidad a Nasri, que con dos remates hizo el segundo justo cuando mejor estaba el Leganés. Parecía que el resto del partido iba a ser plácido para el Sevilla, pero regresó el fantasma de las últimas 73 semanas, que parecía alimentarse de pepinos. Sampaoli hizo un cambio a priori defensivo quitando al ‘Mudo’, metiendo a Mercado y adelantando a Iborra –aseado como central-, y la zaga se cayó como un castillo de naipes sin que el ex de River tuviera demasiado que ver. En el 66’ defendió pésimamente un centro lateral, la pelota le cayó a Timor y éste, con un buen zurdazo, se la puso imposible a Sergio Rico. El Leganés se vino arriba y dos minutos después llegó el empate en una jugada imperdonable. De un fuera de juego de Nasri llegó un pelotazo largo, Szymanowski llegó antes que Mariano tras el error de Pareja, Sergio Rico hizo una media salida absurda y el jugador más peligroso el Leganés empató el choque. Reaccionó Sampaoli quitando a Ben Yedder y a Iborra y dando entrada a Sarabia y Ganso –de nuevo, los cambios fueron decisivos-, y el partido entró en una fase de arreones, pero la pelota por fin era más del Sevilla. En esas, Escudero –el mejor del partido- volvió a irse arriba, le dejó la pelota a Sarabia y éste se sacó un derechazo inapelable a la escuadra de la meta de Serantes. Ninguno de los tres goles habían sido precedidos de minutos de merecimiento de los visitantes, pero los tres fueron ejemplo de que la calidad, en ocasiones, es suficiente para decantar un choque. Quedaban diez minutos de infarto –hubo cuatro de descuento-, pues el Sevilla volvió a mostrarse capaz de lo mejor y lo peor en Butarque. Sin brillar fue capaz de ponerse 0-2, una pájara defensiva ayudó al Leganés a empatar y otro gol en los minutos finales desniveló finalmente el encuentro. Con estos 17 puntos sale líder, aunque probablemente sólo por unas horas, de tierras madrileñas, pero sobre todo se ha quitado toneladas de encima. Que continúe la racha en Zagreb. Y que lo celebren bien celebrado de vuelta a casa, que ya era hora. Todos los resultados en resultados.eldesmarque.com
