El Sevilla interpreta su guion

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El Sevilla ha logrado un triunfo importante ante el Lyon este martes en la segunda jornada del grupo H de la Liga de Campeones. Y más allá de la frase hecha y de al relevancia, lo es ciertamente porque además de suponer recorrer un camino bien marcado en el grupo, también refrenda por fin la nueva idea del equipo. Por fin se logró el triunfo con un guion, por fin se logró la victoria con un buen argumento, con unos buenos actores y quién sabe, todavía es pronto, si con un buen o mal director. El caso es que el Sevilla desarrolló una segunda parte plausible, cuando la primera había sido de pitos (algunos es escucharon) sin dudarlo, y eso le permite repartir por el Sánchez Pizjuán dosis de fe y paciencia esperando películas y metrajes de más intensidad, como la de la segunda parte ante el Lyon A la espera de esa película completa, esa película que llene los corazones, los sentimientos y las exigencias de los sevillistas, los partidos de su equipo son como esas películas sin catalogación. Uno no sabe bien de qué género es, si dramática, de acción, de humor, de final abierto, feliz, si directamente son un peñazo, de entretenimiento o si es que son demasiado exigentes para entenderlas. Lo que queda claro hasta el momento son difíciles de comprender. Si el director Sampaoli quería hacer de Sevilla el Hollywood del fútbol, de momento no encuentra argumentos claros, por más que alguna que otra salga bien, otra regular y otra resultona, como la de este martes ante el Lyon. Tras una primera parte desesperante, el Sevilla sorprendió para bien en la segunda: presionó, por fin, robó, generó y marcó. Porque el juego del Sevilla es demasiadas veces un cúmulo de circunstancias indeterminadas unidas entre sí, no es una película de actores, es la sucesión del metraje a la espera de que ocurran cosas, pero sin un claro discurso, como la primera parte. Ante el Lyon, planteó unos 45 minutos desesperantes, sin escena que valiera la pena, sin acción, sin entretenimiento, sin nada. Pero después, como esas películas que sorprenden de repente, el Sevilla completó una segunda parte meritoria, en la que por fin se sintió protagonista e interpretó el guion a la perfección. Después de dejarse ir, leyó el encuentro, presionó, robó, jugó con espacios y marcó, y perdonó, porque en la segunda parte el conjunto de Sampaoli por fin gozó de ocasiones, desplegó fútbol ofensivo y jugó con los espacios, virtudes casi inéditas hasta el momento durante la temporada.

El conjunto nervionense empezó con un reparto, un sistema al que bien se le podría llamar '3-5-2 a lo Sampaoli', algo asimétrico, algo versátil, algo corto, porque últimamente no dura más de 20 minutos. A esas alturas de la película ya varió el argentino el reparto y la colocación de sus actores para recurrir a un 4-4-2. Lo hizo entre otras cosas porque veía que el protagonismo era absolutamente del conjunto francés y porque el Lyon entendió a la primera por dónde podía hacer daño, a la espalda de los carrileros, que de inicio fueron Mariano y Vitolo. Por ahí hizo daño Fekir y todo galo que quisiera caer por aquellos escenarios. Tuvo el Lyon varias llegadas y oportunidades, incluso un tiro al palo, pero el Sevilla reaccionaba a medias. Arranques, algunas conducciones exitosas de N’Zonzi o Vitolo y alguna pelea fructífera de Ben Yedder, animoso el francés, o Vietto. De hecho, el mayor peligro fue el robo en la salida del balón del Lyon un par de veces, el anticipo de la segunda mitad. Pero no abundó el Sevilla en la presión, inexplicablemente. Las mejores escenas se las perdía y los actores iban solo de azul. Esa tendencia se acentuó a partir de ese minuto 20 en el que Sampaoli y el Sevilla le cogieron algo de miedo a la película. El conjunto nervionense ya directamente se defendía y apenas lograba salir, mientras el Lyon lucía más profundidad, más arrojo, más descaro, y más oportunidades (3 remates, uno a puerta del Sevilla; 9 remates, tres a puerta del Lyon).
Presión, por fin presión
Suerte para el Sevilla y para los sevillistas que en la segunda parte cambió el reparto de papeles y ya los protagonistas, los secundarios y hasta el reparto fue copado por los hombres de blanco. El Sevilla ya jugaba la pelota en posiciones de peligro, ya estaba en la escena del crimen y daba los besos definitivos. Y para que ello ocurriera tuvo que cambiar el argumento. Y tanto. El conjunto nervionense fue a buscar arriba a su rival, fue a presionar y a complicar la vida al Lyon, y lo logró. Robó con asiduidad, pisó el área rival continuamente y tuvo ocasiones por doquier. Nasri y Vitolo, más metido al centro, brillaron, y por fin entraron en acción Ben Yedder y Vietto. Entre ellos dos además, con asistencia del argentino tras gran pase de N'Zonzi y remate del francés fabricaron el único gol del encuentro. Gran jugada y magnífico tanto que correspondía por fin con lo que se veía sobre el campo. Además ese tanto reforzó la actuación de los locales, que siguieron presionando, robando y teniendo oportunidades. La presión, la intensidad e incluso la fuerza se convirtieron en atributos poderosos por fin y además de crear peligro arriba le permitían mantenerse aseado atrás, con alguna actuación de mérito de Sergio Rico, eso sí. El Sevilla en la segunda mitad ya estaba en las escenas del crimen, ya era protagonista y ya daba los 'besos' definitivosFue superior el conjunto hispalense y debió plasmarlo con más contundencia en el marcador, porque además de los remates tuvo incluso un penalti a favor el Sevilla. Vietto, al que le dejó lanzar Ben Yedder, lo tiró a las nubes. Afortunadamente no tuvo que lamentar el error el equipo andaluz, que siguió gozando de ocasiones casi todas originadas en pérdidas de un Lyon bastante roto en la segunda parte y conducidas por Vitolo, Nasri o N'Zonzi, que camparon a sus anchas hasta el final del encuentro. Además, la entrada de Iborra en el partido por un nulo Vázquez contribuyó a que el Sevilla se sintiera cómodo con y sin la pelota, de hecho ese era origen de todas sus ocasiones. Para terminar de cerrar el partido ayudaron además la zaga, pues Mariano, Pareja, Mercado y Escudero volvieron a estar a buen nivel y todo lo débiles que parecieron en la primera mitad lo convirtieron en fortaleza en la segunda, sobre todo en el uno contra uno. Venció y convenció el Sevilla en la segunda parte, ya tiene un sueño que perseguir y un ejemplo que repetir. Todos los resultados en resultados.eldesmarque.com