Rico y sin fundamento

Así lo vivimos en directo
Sampaoli: "Fuimos un equipo impreciso pero con voluntad"
Así queda la clasificación
Como en un regreso al pasado, el Sevilla FC volvió a quedarse sin ganar fuera de casa en el primer partido de la Liga 2016/17, continuando con la penosa racha que comenzara en mayo del pasado año con un partido en el que estuvo bastante más cerca de la derrota que de la victoria. Los nervionenses se encontraban ante un Villarreal herido por la eliminación de la Champions que gozó de más y mejores ocasiones, pero evidenció que las bajas y la política de fichajes de este verano le están lastrando sobremanera en este inicio de campaña. Otra versión del equipo amarillo, la del año pasado mismo, se hubiera llevado el encuentro con casi total seguridad –e incluso con facilidad-, por lo que el punto logrado por los de Sampaoli en uno de los campos más difíciles de la Liga hay que darlo por bueno, olvidarse del partido, agradecer la semana de parón y comenzar a pensar en el duelo de la jornada 3 ante la UD Las Palmas. El sevillismo esperó durante toda la tarde y parte de la noche para ver a su equipo, aún con el subidón de adrenalina provocado por la excentricidad de la primera jornada de Liga, pero ni la disposición de los once elegidos por Sampaoli ni la puesta en escena fue la misma. El argentino varió su idea quitando a un delantero para incluir un defensa y, con ello, la vertiginosa apuesta ofensiva de hace una semana se vulgarizó especialmente en la primera parte. Recordó, en resumen, a los planos partidos a domicilio que los nervionenses encadenaron la pasada temporada. Con cuatro defensas, el Sevilla ganó en solidez pero perdió mucho en control del partido y opciones ofensivas y, de hecho, no tiró entre los tres palos en los 96 El Sevilla volvió a quedarse sin tirar entre los tres palos; sólo sacó un córner, cuando el partido languidecía.minutos que duró el partido. Vitolo, que tanto brilló en el lateral izquierdo, jugó con mucha libertad en el centro del campo pero no estuvo especialmente acertado, mientras que Vietto fue una isla sin Ben Yedder al lado. Tampoco ayudó el impreciso partido de Kiyotake ni el que Sarabia se perdiera en la banda izquierda. Además, el Villarreal se plantó muy bien en el césped y se replegó con solvencia, dejando pocos espacios y opciones de que los visitantes llegaran con claridad, repeliendo una y otra vez los centros que Kolo y, sobre todo, Mariano intentaban desde las bandas. Nada que ver con la endeble zaga espanyolista de hace la jornada 1. El recién llegado Roberto Soriano gozó de dos ocasiones –la primera de ellas tras un error infantil de Kolo- y en el final del primer acto fue anulado un tanto a Santos Borré por un claro fuera de juego. La segunda parte fue más movida, las carencias físicas de ambos equipos comenzó a abrir huecos, aunque cerca del área de Sergio Rico estos estuvieron provocados por pérdidas absurdas de balón, la gran asignatura pendiente de los de Sampaoli en este inicio de competición. Así llegaron las mejores ocasiones de un Villarreal que se encontró con un Rico enorme, que firmó uno de sus mejores partidos con el Sevilla y sostuvo a un equipo que no terminó de carburar en ningún momento. En apenas diez minutos evitó tres goles con paradas de museo: primero ante Sansone, después a un tiro de Trigueros que desvió a la cruceta y por último a un disparo con el exterior de Santos Borré. La llegada de Sirigu y su ausencia de la primera convocatoria de la selección española espolearon al canterano. El primer cambio de Sampaoli fue eminentemente ofensivo, pues entró Ben Yedder por un Kiyotake desaparecido. El equipo se animó un poco, teniendo alguna que otra jugada interesante y merodeando algo más el área de Sergio Asenjo, pero sin llegar a probar al meta groguet. Precisamente esa falta de contundencia arriba fue el argumento de un partido pobre en el que los blanquirrojos no concretaron ninguna ocasión clara. Ni siquiera el córner –el único que sacó en todo el partido- que Sarabia envió al poste se puede contar, ya que la jugada fue invalidada por falta al portero de Vitolo. El Sevilla llega al parón liguero con cuatro puntos, que se pueden dar por buenos aunque la ilusión después del movido primer partido ante el Espanyol se ha diluido con un partido planísimo que despierta fantasmas de un pasado oscuro a domicilio.