Verbena verdiblanca
Así te contamos el partido entre el Real Madrid y Betis.
El Real Madrid buscaba un bálsamo y el Betis apareció como víctima propiciatoria. Que usted no tiene gol, tranquilo, esto lo arreglamos en un minuto y medio. Porque eso, un minuto y medio es lo que tardó el Madrid en abrir la cuenta de goles. Error defensivo de Bruno, que se quedó colgado en el fuera de juego y cabezazo a placer de Bale ante Adán. En cuatro toques. No hizo falta más. A Rafa Benítez, de repente, se le aflojó el último botón de la camisa. Y claro, a Mel se le apretó. Porque así es el fútbol. Si a uno le va bien, al otro necesariamente le va mal. El técnico del Betis experimentó con una alineación extraña y le salió el tiro por la culata. Demasiados cambios. Demasiadas precauciones. Molinero en el lateral izquierdo y Vargas por delante. Precisamente, el primer gol llegó por la banda de Molinero, y el segundo... No hubo tiempo para más porque al descanso Mel decidió recobrar la normalidad en su once. Sacó a Jorge Molina, retiró a Molinero y retrasó a Vargas. Fue un Betis más lógico, que no mejor. Es cierto que el Real Madrid no fue una apisonadora. También es cierto que no lo fue porque no quiso o porque no pudo. Lo mismo da. No fue porque el Betis pudiera demasiada oposición. Fue un Betis ramplón, con Dani Ceballos desaparecido. Habrá entrenado muy bien esta semana el utrerano, pero en el Bernabéu no compareció. ¿Presión? No pareció que fuera eso. Más bien se le vio desubicado, fuera de sitio. Es la primera vez que juega de mediapunta en el Betis y no resultó. En la selección sub'19 lo bordó, pero de verdiblanco aún no carbura en ese lugar. Se echó de menos a Jorge Molina, que salió en la segunda parte y realizó más cosas en veinte minutos que el canterano en una hora. El Betis no fue horrible, pero dio imagen de equipo por hacer. Le queda mucho trabajo por delante a Pepe Mel. Todo lo bueno que mostró ante el Villarreal se quedó en el Villamarín. No tuvo mordiente, no apretó como hace seis días. Se vio superado y se dejó manejar. En defensa fue una auténtica verbena. Mal partido de Molinero, mal Bruno, irregular Pezzella y blando Piccini. Todo eso, sin Digard en el medio, es demasiado poco para plantar cara al Real Madrid. El Madrid marcó cinco, pero pudieron ser unos cuantos más. Adán salvó dos mano a mano muy buenos con Cristiano Ronaldo, aunque igual pudo hacer algo más en el golazo de James Rodríguez de falta. Fue un disparo brutal del colombiano, pero entró por el palo de Adán. La verbena del Betis en Madrid se completó con el penalti fallado por Rubén Castro en la segunda mitad. El partido ya iba 4-0, pero al menos habría servido para marcar el gol del honor. Ni eso. El penalti, por cierto, fue provocado por Jorge Molina, aunque fue más que dudoso. Victoria a placer del Real Madrid frente a un Betis que ofreció muy poca resistencia. Se puede perder en el Bernabéu, pero también se puede dar otra imagen. Mucho que mejorar para el Betis. El único consuelo es que puestos a jugar con la empanada, mejor hacerlo en el Bernabéu, donde lo normal es perder aún jugando bien. En cualquier caso, el Betis deja muchas dudas para el parón liguero que se avecina. Mucho trabajo.
