La natación, un aliado para mejorar el dolor de espalda, que puede volverse a la contra

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Persona nadando en una piscina cubierta. Freepik
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Siempre se ha recomendado hacer natación para mejorar el dolor de espalda. Esto es cierto, pero con matices. Nadar puede ayudar a mejorar dichas molestias, pero para ello se necesita técnica y un estilo concreto. Además, nadar es un complemento, no una solución. El dolor de espalda puede ser cervical, dorsal y lumbar; siendo este último "la principal causa de incapacidad laboral en personas menores de 45 años", según la Sociedad Española de Columna Vertebral. Respecto al dolor cervical, una gran parte se debe a "contracturas, malas posturas y sobreesfuerzos" y "lo padecerán más de 80% de las personas especialmente a partir de los 40 años". No obstante, esto no es solo una cuestión de adultos, pues durante la infancia, el dolor de espalda también es frecuente, tanto a nivel cervical, dorsal y lumbar.

Beneficios de la natación para la espalda

Al sumergirse en el agua, "se reduce la gravedad sobre la columna, lo que genera sensación inmediata de alivio, menos tensión muscular y facilita moverse sin miedo al dolor", apunta el experto en readaptación física, Roberto Venegas. Al poder ejecutar en el agua movimientos fluidos sin dolor ni impacto, se mejora "la movilidad articular y el rango de movimiento de cadera, hombros y columna". Como tercer punto a favor de la natación para mejorar el dolor de espalda, el profesional añade que "permite mantener la capacidad aeróbica y resistencia física sin impacto, algo clave para no perder condición mientras se recupera la columna".

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 Piscina olímpica cubierta

Cuidado con el estilo de nado

A pesar de los beneficios recién enumerados, la natación tiene una serie de contraindicaciones. La primera, es la técnica, pues "una mala patada o una brazada asimétrica pueden empeorar síntomas en la columna lumbar o cervical". Por ello, que la supervisión de un profesional sea clave. El segundo matiz a tener en cuenta es el estilo en el que se nada. "Si yo tengo un dolor en la región cervical y nado a crol, cuando tenga que sacar la cabeza haré un gesto repetido de rotación, pudiendo empeorar mi dolor cervical", expone el Dr. Aitor Rojas, especialista en Medicina Deportiva y Rehabilitación. Por el contrario, este sopesa que "si tengo un dolor lumbar y nado a braza, esa hiperextensión de tronco puede hacer que se nos sobrecargue más esa región lumbar".

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La natación complementa, pero no soluciona

Por últimos, ambos profesionales coinciden en que la natación es un gran complemento para combatir el dolor de espalda, pero no es la única solución que se debe adoptar. En esta línea, hacer pilates o andar "reduce el dolor, el estrés y la ansiedad que puede llegar a provocar en los pacientes el dolor lumbar", añade la sociedad, como tratamiento preventivo. "Yo siempre recomiendo, aparte de nadar, hacer ejercicio dirigido de fuerza para la musculatura. No solo tienes que fortalecer las lumbares, también tienes que fortalecer los transversos, abdominales y toda la musculatura de ese core para estabilizar a la columna", concluye el facultativo.

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