El radar de tráfico con Inteligencia Artificial recauda 750.000 euros en tres días

Radar
Tráfico. DGT
Compartir

La movilidad está cambiando. Y lo hace rápido. La tecnología avanza mientras el coche privado pierde protagonismo. En Europa, cada decisión apunta en la misma dirección. Más control. Más restricciones. Y menos margen para el

El automóvil vive una transición profunda. El coche eléctrico es solo una parte del proceso. La otra es normativa. Legislación más dura. Vigilancia constante. Especialmente en ciudad. El tráfico rodado se ha convertido en un objetivo prioritario para las administraciones.

PUEDE INTERESARTE
Autopista A3

Los radares se suman a la inteligencia artificial

En este contexto aparece la Inteligencia Artificial. No es nueva en el control vial. Pero ahora es más potente. Más precisa. Y más rentable. Los nuevos radares no solo miden velocidad. Analizan comportamientos. Deciden en segundos. Y sancionan sin intervención humana directa.

PUEDE INTERESARTE
Señal de radar

Grecia ha sido el último laboratorio. El proyecto piloto se ha desplegado en el centro de Atenas. Zonas con alta densidad de tráfico. Movimientos constantes. El entorno ideal para poner a prueba el sistema. Los resultados han sido inmediatos. Y contundentes.

PUEDE INTERESARTE

En apenas cuatro días, las cámaras detectaron cerca de 2.500 infracciones graves. Excesos de velocidad. Semáforos en rojo. Uso del móvil al volante. Falta de cinturón. Todo quedó registrado. Con vídeo. Con imagen fija. Y con sello temporal cifrado.

750.000 euros en tres días

Desde el punto de vista técnico, el sistema es simple y eficaz. Cámaras inteligentes analizan cada escena. La IA identifica la infracción. Genera la prueba. La encripta. Y la envía al sistema sancionador. Un proceso automático. Rápido. Difícil de impugnar.

Pero lo más llamativo es el impacto económico. Según cifras oficiales, una sola cámara puede recaudar hasta 750.000 euros en solo tres días. Un dato que explica el interés institucional. El plan ya está claro. Grecia quiere desplegar 2.000 cámaras fijas y 500 móviles en todo el país. Incluso en autobuses. El mensaje es evidente. La IA ha llegado al tráfico para quedarse. Y para multar. Mucho.